LA
CONSTRUCCIÓN IMAGINARIA
DE
UNA MARCA
Mg.
Carlos A. J. Molinari
Ciak
es una marca que define su producto, en el folleto explicativo que se
entrega con él, como “una libreta de apuntes de vanguardia”.
Como
el producto principal es una libreta para tomar notas, definen su
marca como un puente entre
las tradiciones del pasado y las tendencias del futuro
(sic).
Independientemente de la redundancia, pues la tradición procede
siempre del pasado y las tendencias siempre se refieren al futuro,
pues si es presente ya no es tendencia sino que está confirmado,
aparece una clara intencionalidad en relacionar la fabricación de
estas libretas de notas o apuntes –por cierto de un muy buen diseño
y calidad-, con un país en especial, Italia, una ciudad, Florencia y
un pasado renacentista de esplendor.
Por
ello inician la historia de la marca en Florencia, una auténtica
cuna del Renacimiento, donde desde la segunda mitad del 1200, los
artesanos, comerciantes y banqueros dieron comienzo a un período de
riqueza y esplendor para la ciudad.
En
aquel momento, las Corporaciones de Artes y Oficios, de los cuales
formaba parte el Arte de los Peleteros y Talabarteros, garantizaban
la calidad de los productos; desde el año 1282 se tienen testimonios
de la maestría de los peleteros, de quienes nacen las primeras
libretas de anotaciones con tapas de cuero, utilizadas por mercaderes
y banqueros.
En
esa tradición, hoy renovada, Ciak
es la libreta para escritores, poetas, profesionales, viajeros,
estudiantes y hombres de negocios; una marca con producción cien por
ciento made in
Italy,
lo que constituye según su folleto un valor añadido y no solo una
cuestión de prestigio.
De la lectura del folleto, surge una
marca arraigada en una tradición y en un espacio geográfico a lo
que se une, en un momento histórico de indiferenciación de
productos resultado de la globalización, la pertenencia a un país y
a su historia.
Lo interesante en este caso es que
consultada su página web, la empresa ha sido fundada en 1973,
bastante lejos del esplendor de la Florencia del Renacimiento.
Pero no es éste último dato el que
resulta relevante para nuestro análisis, sino el hecho de como una
marca puede construir su imagen a partir de una historia que ni
siquiera es la historia de la propia marca sino de una industria y
una ciudad vinculada como pocas con el mundo al arte y la artesanía.
Este es el hecho por el cual
consideramos la construcción imaginaria de una marca, pues se puede
decir que es y no es una historia real.
No solamente se utilizan los
criterios de las ‘denominaciones de origen’, sino que integran la
propia marca en una tradición productiva que excede en setecientos
años a la fundación de la misma.
Esta empresa italiana ha conseguido
algo que es un objetivo de cualquier empresa productiva, pero que no
todas pueden lograr, aún las más grandes empresas mundiales.
Ha colocado su marca en un dominio
simbólico por encima de cada uno de los productos que representa,
construyendo una imagen que traspasa los tiempos históricos; se
plantea no tener una marca simplemente, sino generar un ícono
cultural.
Cuando el consumidor compra una
libreta de apuntes, se supone que lo importante es el contenido que
volcará en la misma, independientemente de su soporte. En este caso
parecería que el soporte es más importante que el contenido, ya que
el placer está puesto en el objeto en que se escribe y no lo que se
escribe.