COMPUTADORA PERSONAL, CAMBIO
TECNOLÓGICO
Y ESTRATEGIAS EMPRESARIAS, EN EL
MARCO DE UNA
HISTORIA SOCIAL
Dr. Carlos A. J. Molinari
I.-
Introducción
El
objetivo de este trabajo es explorar, en un marco histórico, la genealogía de
la computadora personal y como, este proceso, no solo produjo un radical cambio
en los artefactos tecnológicos y su masificación, sino también en el conjunto
de las relaciones sociales.
Asimismo,
se trata de relacionar esta historia, con las relaciones de poder en la
sociedad y, por lo tanto, en las actividades de las organizaciones empresarias
que lideraban o, formaban parte de este proceso.
Pero
reconstruir una historia de la computadora personal, implica advertir que la
génesis de este producto no puede analizarse, sino en el marco de una historia
más general de las computadoras, donde la PC –así como sus derivados
posteriores, que llegan hasta el Smartphone,
una auténtica computadora “de bolsillo” y móvil-, representan la derivación de
una cierta evolución tecnológica.
No se pretende
en este trabajo, estructurar una historia detallada de este producto, sino
marcar algunos hitos que nos posibiliten delinear, como se fue construyendo
este desarrollo tecnológico, así como las relaciones que se fueron
estableciendo con el campo de lo social.
De alguna
manera, descentrarse de los análisis técnicos puros, para poder observar como
éxitos, fracasos y vías muertas, constituyeron y constituyen redes de causas,
efectos, acciones, interacciones y retroalimentaciones, en los que no solo
interviene lo tecnológico, sino también las acciones de gobiernos, de empresas
productoras, de usuarios, de empresas competidoras de otras áreas tecnológicas,
así como la cultura de las sociedades, en las cuales este proceso se ha
desarrollado.
No es una
tarea sencilla seleccionar lo que previamente hemos denominado como hitos, ya
que el lugar ocupado por los mismos en la historia de la tecnología, difieren
según los análisis de las empresas y organismos intervinientes, de los
distintos historiadores o de los interesados en establecer la cronología de
este proceso, de los criterios personales de quienes participaron en este
desarrollo, o de los campos disciplinares de donde provengan los análisis
críticos.
Se ha
intentado en este sentido, aplicar un criterio de máxima rigurosidad en la
selección de acuerdo a los objetivos del trabajo, pero remarcando que no se
trata de una historia exhaustiva desde lo técnico, sino que se trata de
rescatar los indicios que nos permitan reconstruir una historia.
También
debemos señalar, que no se trata solamente de una evolución del artefacto, sino
que la misma comprende software y hardware, analizados como un conjunto
indivisible, ya que los cambios en una de las dimensiones, involucran a la
otra, en una interacción permanente.
II.- Análisis histórico del desarrollo de la
computadora
Ningún
desarrollo técnico o tecnológico, puede estudiarse al margen de la sociedad que
los contiene, así como de las relaciones de producción en esa sociedad, el
nivel del conocimiento científico, o su sistema político, legal y cultural.
En el
siglo I, Hierón de Alejandría, desarrolló un artefacto que puede considerarse
máquina de vapor y turbina, de la misma manera que a lo largo de la historia,
se diseñaron o construyeron diversos artefactos que pueden considerarse
antecesores de máquinas modernas, como el caso de los autómatas en el siglo
XVIII europeo.
Sin
embargo, en su momento, estas máquinas no tuvieron aceptación desde el punto de
vista productivo en la sociedad, o fueron adoptadas como juegos. Por ejemplo,
en el caso de la máquina de vapor de Hierón, “Era necesaria la confluencia de los avances técnicos, el crecimiento
de la población, su traslado a las ciudades, la utilización de combustibles
fósiles, los descubrimientos geográficos y otras variables, que iban a impulsar
el desarrollo del capitalismo, para que la tecnología pudiera desempeñar su
papel destacado…” (Molinari, 2011, pp. 146-147); lo que es decir, para que
el siglo XVIII alumbrara la máquina de vapor, dando impulso al desarrollo de un
nuevo sistema social.
A pesar de
que se podrían citar antecedentes muy antiguos, como el caso del mecanismo de
Antikhitera, del siglo I a.n.e., estudiar la evolución de las computadoras,
toma sentido a partir del siglo XVII, en el desarrollo del capitalismo, donde
los cambios en las relaciones de producción, los avances en la ciencia, la
técnica y la tecnología, así como el crecimiento de las fuerzas productivas –en
interacción con otras variables que por razones de objetivos no vamos a
considerar aquí-, estaban construyendo un nuevo sistema económico social. Es en
él, donde se manifiesta la necesidad de nuevas máquinas y tecnologías que lo
impulsaran.
Y es en
1623, que el alemán Wilhelm Schickard (1592-1635), construyó un reloj
calculador, que sumaba y restaba 6 dígitos; lo hacía con una manivela que
giraba y los números cambiaban. Este hecho, a nuestro criterio, es el que
podemos considerar el momento cero de las computadoras, en el sentido que le
damos al término en nuestra contemporaneidad.
En 1673,
Gotfried Leibniz (1646-1716) presentó una máquina calculadora, que había estado
construyendo desde 1670, siendo la primera que podía ejecutar las cuatro
operaciones aritméticas básicas.
Por la
misma época, en 1642, Blaise Pascal (1623-1662) inventó y construyó la “Pascalina”,
una máquina sumadora. Si bien el artefacto no se pudo comercializar por su
costo, se transformó en un juguete para las clases pudientes de Europa.
Se puede
observar como los primeros intentos de construir una máquina que pudiera realizar
operaciones, que hasta entonces solo realizaba el ser humano, era el resultado
de una invención surgida en un momento en que la ciencia y la tecnología
impulsaban y, a la vez eran impulsadas, por el naciente capitalismo, aunque
todavía no encontraban su aplicación en la producción.
Pero el
primer antecedente del matrimonio entre automatización y producción, se produce
en 1801, cuando el francés Joseph Jacquard (1752-1834), desarrolló el telar
automático; una máquina con entrada de datos por tarjetas perforadas, para
controlar la impresión de tejidos y sus dibujos.
El que es
considerado uno de los padres de la informática, el inglés Charles Babbage
(1791-1871), diseñó entre 1833 y 1842, una máquina analítica, que poseía
dispositivos de entrada basados en tarjetas y memoria y podía ser programada
por el usuario. Los planos incluían una impresora, que pesaría aproximadamente
2,5 toneladas, siendo capaz de imprimir automáticamente los resultados de un
cálculo. Pero la máquina no pudo ser construida por su inventor, por no existir
la tecnología disponible para hacerlo.
Pero esta
historia estaría incompleta, sin los aportes de Ada Byron (1815-1852), hija del
poeta romántico Lord Byron, quien conoció a Babbage a los 18 años y trabajó con
él gran parte de su vida.
Con una
importante formación en matemáticas, Ada sugirió usar tarjetas en forma
repetida y predijo que una máquina de este tipo, podría en el futuro componer
música, producir gráficos y que se utilizaría, tanto a nivel científico como en
la vida cotidiana. Pero lo más relevante, escribió con lápiz y papel programas
para hacer cálculos matemáticos con la máquina analítica (Moledo y Kukso,
2004), por lo que se la considera la precursora de la programación.
Ada
publicó trabajos científicos, entre ellos el que Moledo y Kukso (2004)
denominan manual ideológico del aparato, luego tomado por Turing en 1937 y von
Neumann en 1946.
En
1890, en los EE.UU., Herman Hollerith, que fue el fundador de la Tabulating
Machine Co., posteriormente denominada IBM, construyó una máquina con tarjetas
perforadas, destinada a procesar el censo en ese país.
Igual
que en el caso de Jacquard, las máquinas de Hollerith, ya no tenían solamente
una finalidad de prueba y experimentación, sino que comienzan a confluir con
los procesos económicos y sociales.
Hasta
el momento del invento de Hollerith, el proceso de desarrollo de la
computadora, como hemos visto, había sido lento, lo que cambia radicalmente en
el siglo XX, debido a la conjunción de una serie de fenómenos.
Uno
de ellos era el salto cualitativo que se había producido en los sistemas de
producción en el sistema capitalista desde fines del siglo XIX, con el
consiguiente impacto en los procesos de invención, no solo de nuevos productos,
sino también de maquinarias y sistemas tecnológicos que interactuaban en ese
salto.
Por
otra parte, el avance en las ciencias, que aportaban nuevas bases al desarrollo
productivo y su vinculación con el universo creciente de las empresas. También
inciden otros fenómenos, como el crecimiento de los sistemas educativos, que
posibilitan el acceso al conocimiento, ya no solo de una élite aristocrática,
sino de la burguesía y sectores de la pequeña burguesía[1].
De
la misma manera, que la creciente incorporación de grandes masas a la
producción y, por lo tanto, al consumo, generaban la necesidad de mayor
cantidad de productos, a la vez que nuevos productos y servicios.
Y
por último podemos citar, las necesidades del aparato militar ante el
crecimiento de los conflictos, tanto regionales como internacionales, cuya
máxima representación fueron las dos guerras denominadas mundiales.
Lo
que se ha expuesto, iba a impactar sin duda en el desarrollo de las
computadoras, por las nuevas necesidades que iban surgiendo desde la dimensión
empresarial y gubernamental.
En
1927, el estadounidense Vannevar Bush desarrolla en el MIT (Masachussets
Institute of Technology) un Analizador Diferencial, que era una computadora
analógica que permitía solucionar ecuaciones diferenciales, trabajo que llevó
adelante con quien era su estudiante, Harold Locke Hazen y su compañero Hugh
Spencer[2].
Muy
pocos años después, en 1936, en el país que era considerado el “gran enemigo”
del capitalismo, la U.R.S.S., Vladimir Lukyanov, desarrolla el que denominó el
Integrador de Agua, una computadora que funcionaba con agua en lugar de
electricidad.
Lukyanov
tenía un problema, que era calcular la estabilidad de las estructuras de
hormigón para los ferrocarriles de la U.R.S.S. y, en ese momento, su creación
fue capaz de resolver ecuaciones diferenciales parciales.
Posteriormente,
esta computadora fue utilizada en instituciones académicas y realizó parte de
los cálculos en la carrera espacial soviética; inclusive se siguió utilizando
hasta la década de 1980.
A
un problema similar se enfrentó el alemán Konrad Zuse (1910-1995), quien debía
resolver grandes cálculos matemáticos para su trabajo en la fábrica de aviones
Henschel. Su solución fue construir, sin conocimientos previos, una computadora
electromecánica, que denominó Z1, finalizándola en 1938. La máquina, podía ser
programada por tarjetas perforadas.
Luego
inició la construcción de la Z2, para mejorar su anterior modelo, trabajo que
quedó interrumpido al estallar la Segunda Guerra Mundial; pero logró interesar
al ejército alemán quien lo financió para finalizar este modelo. Posteriormente
construyo la Z3, que fue utilizada por la industria aeronáutica alemana durante
la guerra; la máquina, fue destruida en bombardeos aliados sobre Berlín.
Inclusive en 1945, desarrolló su propio lenguaje de computación. A partir de
1949 fundó su propia empresa, que fue la primera en Alemania en fabricar en
cantidad computadoras, aunque finalmente debió venderla a la Siemens por
problemas económicos.
Paralelamente
a Zuse, los ingleses también construyeron una computadora en el año 1943,
diseñada por Alan Turing, en el proyecto Colossus, cuya denominación fue Mark
I, cuyo fin era descifrar los mensajes alemanes. Se fueron construyendo otros
equipos, pero al final de la guerra fueron todos destruidos.
Debemos
mencionar igualmente, otros importantes hitos en todo este proceso, que
conducirían al desarrollo de una nueva genealogía en las computadoras.
Uno
es la ENIAC –Electronic numerical integrator and computer-, construida hacia
fines de 1946, totalmente digital y con la característica de que se podía
programar para resolver diversas tareas. Su finalidad era calcular las
trayectorias de los proyectiles, para el ejército de los EE.UU.
Otro
momento relevante, es el patentamiento de los transistores en 1948, producidos
en los Laboratorios Bell, en EE.UU., que permitirían la apertura de todo un
campo de desarrollo para la electrónica, entre ellos la industria informática.
Y
también podemos citar la UNIVAC –Universal Automatic Computer-, cuyas primeras
unidades fueron vendidas al gobierno de los EE.UU. –en 1951 fue adquirida para
el censo-, y era fabricada por la compañía Remington Rand. En 1954 General
Electric adquirió una unidad, con lo cual se puede pensar como el inicio del
proceso donde estos equipos, ya estaban orientados para la utilización en las
empresas.
En
Japón, en 1954, la empresa Fujitsu, construyó la FACOM 100, su computadora
automática. Lo hizo utilizando un conmutador telefónico, el “relé”, que lo
estaba utilizando para sus sistemas de conmutación telefónica; apelaron a una
tecnología que ya la compañía conocía, a partir de sus competencias en el campo
de las comunicaciones.
Y
por último, queremos mencionar la Olivetti Elea 9003 de 1959, el primer
producto de este tipo del fabricante italiano de máquinas de escribir. Fue la
primera computadora comercial que funcionaba totalmente con transistores, de al
cual se vendieron unos 40 equipos. Posteriormente la empresa vendió esta línea
a General Electric, para concentrarse en las computadoras personales, que se
vislumbraban como el futuro en esa industria[3].
Un
análisis del proceso que hemos descripto, nos conduce a unas primeras
conclusiones, en relación a los objetivos de este trabajo.
En
primera instancia, se puede observar como los cambios tecnológicos[4],
no son el resultado de una transformación inesperada que ocurre en tiempos
imprevisibles, sino que ocurren, como el caso de las computadoras, en procesos
de larga duración[5];
procesos que a su vez interactúan con otras variables sociales, como las
culturales, las económicas, las legales, las relaciones de poder en una
sociedad, generando entonces las condiciones de posibilidad para que esos
cambios produzcan un salto cualitativo.
Hemos
visto como en el caso de las computadoras, las condiciones económicas que iban
potenciando el desarrollo del capitalismo, posibilitaron la construcción y
consolidación de esa nueva tecnología, constituida por artefactos y programas.
Pero
si bien la línea de desarrollo debe ser situada a partir de las condiciones
creadas por el capitalismo, hemos señalado como también en un país como la
U.R.S.S., que intentaba desarrollar un proyecto de sociedad socialista[6],
fue necesario impulsar la construcción de una máquina que resolviera
determinado tipo de problemas, que hacían más al desarrollo de las fuerzas
productivas, que a la propiedad de los medios de producción.
Lo
expuesto nos permite observar también, que la tecnología es acumulativa y
combinatoria –cuestión que se verificará en todo el desarrollo de este
trabajo-, en el sentido que no basta con la innovación, sino que la misma debe
poder ser combinada acumulativamente con otras técnicas, tecnologías
artefactuales y tecnologías organizativas, en mutua interacción y, a su vez,
este encuentro se debe producir en un determinado estado de las relaciones
sociales, para generar un impacto en la producción de bienes y servicios.
Y
también se puede observar el funcionamiento de un sector industrial en
construcción y desarrollo, en constante reconfiguración –lo que se aceleraría
con la computadora personal-, donde van surgiendo opciones en diferentes países
y con diferentes desarrollos tecnológicos, lo que también se iba a transformar
velozmente con el avance del proceso de globalización, a partir de la segunda
mitad del siglo XX.
De
la misma manera, no hay que descartar el impulso del complejo
militar-empresarial, donde intervienen objetivos de los gobiernos, pero también
de las propias empresas participantes en ese complejo.
Si
bien los grandes equipos, que analizamos sintéticamente hasta ahora, se fueron
perfeccionando, orientándose ya efectivamente al mundo empresarial –sin
desestimar a los gobiernos como grandes usuarios-, una serie de
acontecimientos, derivados de los desarrollos que hemos estado describiendo
darían lugar, como hemos expresado, a una nueva genealogía.
III.- La computadora
personal
En
la década de 1960, se produce un hecho que a nuestro criterio, es el disparador
del proceso de desarrollo de la computadora personal; en 1964. Douglas Engelbart junto a Hill English,
construyen el primer mouse, sobre un
diseño del primero[7].
Este
punto de partida, se relaciona con lo que hemos expresado acerca de la cualidad
acumulativa y combinatoria de toda tecnología. Entonces, hemos optado por no
considerar el solo surgimiento de los artefactos, sino sus pasos previos y
convergentes, tanto en técnicas como en otros artefactos complementarios o las
tecnologías organizativas, como el inicio de un largo proceso que llega hasta
nuestro presente.
El
mismo Engelbart, en el año 1968, en una convención en San Francisco, EE.UU., realiza
una demostración, donde expone el mouse, enlaces virtuales entre archivos, correo
electrónico, procesamiento de textos y video conferencia, sentando las bases de
lo que es hoy el software de nuestros dispositivos, cualquiera sea la forma que
estos adopten.
Previamente
a estos hitos, en el año 1945, Vannevar Bush (1890-1974), publicó un influyente
artículo titulado As we may think,
donde proponía organizar la información de acuerdo a como trabaja la mente, por
asociación de ideas.
Estas
ideas fueron retomadas por Theodor Nelson en 1965, en una conferencia en la Association of Computer Machiney en los
EE.UU., cuando acuñó el concepto de hipertexto,
como una estructura no secuencial para organizar la información.
A
partir de estos hechos que hemos fijado como el momento cero de desarrollo de
la computadora personal, veremos como la tasa de difusión de los cambios[8]
se acelera, siendo esta una característica de esta etapa.
En
1965, la italiana Olivetti lanza al mercado la Programma 101, más parecida a una calculadora electrónica que a lo
que hoy entendemos por computadora personal, que realizaba operaciones
aritméticas, raíces cuadradas y fracciones (López, 2019). Los programas se
grababan en una tarjeta de plástico con una banda magnética y tenía integrada
una impresora de carrete y un teclado básicamente numérico. Se vendieron 44.000
unidades de este modelo, principalmente en los EE.UU., hecho que posibilita
detectar que se estaba configurando un mercado, producto de la necesidad de
resolver problemas que el desarrollo económico estaba generando; como es el
caso del procesamiento de información cada vez más compleja y a partir de
equipos de uso más sencillos que las grandes computadoras; lo que también
refleja el potencial de acceso a las máquinas, representado por una diversidad
de usuarios en cuanto al tipo de empresas consumidoras.
Esta
empresa, abandonó la fabricación de computadoras personales en 1997, con la
venta de esta división, ante la imposibilidad de competir en costos con los clones
provenientes del sudeste asiático. Hecho que nos revela como la globalización
productiva, fue reconfigurando ese mercado en desarrollo, más que las
capacidades tecnológicas en un determinado país o en determinadas empresas.
En
el año 1971, la compañía Intel, puso a la venta el primer microprocesador, el
4004, lo cual provocaría un cambio sustancial en la fabricación de computadoras,
al integrar todo el proceso en un chip. El mismo fue diseñado para utilizar en
una calculadora y constituyó la apertura, para la fabricación de toda una
generación de microprocesadores, que a su vez actuó como la plataforma de baja
de costos y mejora de productividad, que impulsaría una industria y un cambio
tecnológico, que afectarían desde ese momento el conjunto de las relaciones
sociales.
En
el mismo año de 1971, John Blankenbaker, diseñó y construyó la Kenbak-I,
considerada la primera computadora personal de la historia[9].
Era una máquina de 256 bytes de memoria, no utilizaba un microprocesador, y
después de vender unas 40 unidades, la compañía, Kenbak Corp. cerró.
Dos
años después, en 1973, comenzó la fabricación en Francia, de la Micral N, que
es considerada la primera computadora personal disponible comercialmente,
basada en un microprocesador. La empresa responsable, se denominaba Réalisation d’Études Électroniques y
este sistema había sido desarrollado en el Institut
National de la Recherche Agronomique, para resolver problemas vinculados a
mediciones higronométricas. El equipo, tenía su propio sistema operativo
denominado Sysmic. Posteriormente, la
empresa fue adquirida por el Grupo Bull, quien continuó la fabricación de estos
equipos pero orientados a los peajes de
autopistas, pues este conglomerado no estaba interesado en las computadoras
personales.
En
los EE.UU., en Palo Alto, California, la empresa Xerox, en ese momento líder
mundial en fotocopiadoras, creó un centro de investigación, destinado a
desarrollar la tecnología de la oficina del futuro.
En
ese centro, en 1973, se construyó un prototipo de computadora personal,
denominada Alto, que a juicio del
autor de este artículo, debe considerarse la primera computadora personal en el
sentido que en el presente la entendemos; si bien no fue comercializada, sino
fabricada para ser distribuida en universidades e institutos de investigación.
Poseía
monitor, procesador de texto, el WYSIWYG (What
you see is what you get[10]), mouse de tres botones e interfaz
gráfica.
También
en 1973, desarrollaron el Super Paint,
un programa informático para dibujar y Robert Metcalfe diseñó Ethernet, un
método para conexión en red. En 1976, en
el mismo laboratorio, desarrollaron la NoteTaker,
que fue la primera computadora portátil, pero tampoco se comercializó, sino que
solo fabricaron diez prototipos. Esta máquina pesaba 22 kg., poseía un mouse,
interfase gráfica, teclado, modem, monitor y floppy disk drive.
Recién
en el año 1981, el equipo Alto fue
comercializado, con el nombre Star,
como estación de trabajo, pero a un precio muy superior a la IBM PC compatible,
lo que evidentemente impidió que el mismo se transformara en un éxito de
mercado. Este modelo poseía interfase gráfica basada en ventanas, carpetas,
mouse, plaqueta de red Ethernet y correo electrónico; un equipo como los que
luego se impondrían como estándar en el mercado.
La
pregunta aquí es que sucedió con una empresa, que se había adelantado tantos
años a lo que sería la computadora personal, tanto en hardware como en
software, para quedar fuera de este mercado naciente.
Debemos
pensar, que fue una víctima de su propio éxito. Pues se trataba de una
compañía, que a partir de 1959, cuando inició la comercialización de su primera
fotocopiadora, creó y revolucionó un mercado.
Pero
no hay que olvidar que ya en 1980, fue perdiendo sus patentes en tecnología de
fotocopiado, lo cual abrió el campo a competidores de menor costo y calidad. Aun
así, en 1995, desarrollaron una tecnología de pantalla táctil, que posibilitaba
introducir datos en computadoras del tamaño de una mano.
Pero
sus directivos, quizás compenetrados con otra tecnología y otro tipo de empresa
y de sociedad, pensaron evidentemente que se trataba de productos no rentables;
o por lo menos, no tanto como las fotocopiadoras. En definitiva, aunque no
sabemos que pasaba por la mente de quienes dirigían la compañía, podemos conjeturar,
que tenían una historia de éxito con su tecnología de copiado de documentos.
Nos podemos preguntar: ¿cuándo desarrollaban sus estrategias, no construían
escenarios futuros, que les hubiera permitido observar las potencialidades de
las máquinas que ellos mismos habían anticipado?
Aquí
también se observa, como siempre se trata, tantos en los éxitos como en los
fracasos, de una conjunción de variables; pues ser innovador y poseer la
delantera tecnológica, no implicó que fuera aprovechada por esta empresa.
En
1975, la empresa MITS comenzó a fabricar la Altair
8800. Se trataba de una caja sin teclado ni pantalla; los datos se
ingresaban vía interruptores y el resultado, se interpretaba en un tablero de
luces o en una impresora de cinta. El teclado o el lector de papel eran
periféricos y se vendían como adicionales; utilizaba un procesador Intel 8080.
Su venta se realizaba como un kit para aficionados, a través de la revista Popular Electronics, que fue la que lo
publicó por primera vez en enero de ese año; o sea que no se trataba de un
producto dirigido a un mercado masivo, sino solo al nicho de especialistas o
nuevos entusiastas de la informática. De hecho, no era un producto sencillo de
utilizar, pero señaló el camino a toda una nueva industria[11].
El
software que utilizaba, fue diseñado por Bill Gates y Paul Allen, que lo
desarrollaron para estos equipos. Cuando vieron la tapa de Popular Electronics,
ofrecieron a la empresa escribir un software a partir del Basic, compatible con la Altair.
De esta manera, utilizando ese lenguaje, cualquiera podría crear programas para
este equipo.
La
alta demanda generada –esperaban vender 200 el primer año y vendieron 2000 al
final del primer mes-, sorprendió a la empresa, que después de algunos
problemas para cumplir con las entregas, terminó vendiendo el diseño.
Hasta
ese momento histórico, se puede observar cómo se produce, aunque todavía de
forma lenta y difusa, la confluencia de distintos procesos, así como de
aprendizaje sobre la práctica y el propio uso, en el diseño, fabricación y
venta de los nuevos equipos. Pero lo que aparece como relevante, es que los
nuevos artefactos, no van dirigidos todavía a los consumidores hogareños, sino
que se orientan más a los especialistas, pues se necesitan ciertos conocimientos
al efecto de abordar las cuestiones técnicas indispensables, para que las
máquinas funcionen.
No
hay que olvidar, que en ese momento, todavía el mercado corporativo, estaba
concentrado en la utilización de equipos centrales, pues el tiempo de la computación
distribuida, sería el resultado de cambios que se encontraban en tránsito.
Aún
faltaban algunos pasos, para hacer confluir los procesos, técnicas y
tecnologías necesarias, para dar vida a lo que se llegaría a denominar computadora
personal.
En
ese mismo año de 1975, un 29 de junio según relata Steve Wozniak (2013), a
través de un teclado introducía datos en una memoria y pudo visualizarlos en la
pantalla de un monitor; se trataba de la primera vez que tecleando, se podía
visualizar el resultado. Era el nacimiento de la Apple I, que a su vez representaba el punto de partida de una de
las empresas más emblemáticas de como la informática, iba a transformar la vida
de las personas.
La
máquina resultante la vendía Steve Jobs en tiendas de computación de Palo Alto,
California, a un precio original de U$S 666.- y se vendieron unas 200 en un año[12].
Una
de las frases de la publicidad de la nueva máquina, daba cuenta de alguna
manera del significado de esta transformación –la unión de un monitor de TV con
un teclado-: “no más interruptores…”. Se iniciaba un nuevo momento en el
desarrollo de la computadora personal.
Poco
tiempo después, en 1977, se lanza al mercado la Apple II, que representa la primera computadora personal que podía
ser adquirida por los consumidores hogareños.
Podía
ser utilizada para video juegos, para escribir textos, y tenía incorporada una
planilla de cálculo –Visicalc, que
fue la primera hoja de cálculo del mercado-, lo que le abrió la posibilidad de
la venta para empresas.
Otro
dato importante, es que a través de sus ranuras de expansión, posibilitaba
ampliar las capacidades de la máquina, con dispositivos de terceros.
En
ese mismo año de 1977, la empresa propietaria de la cadena de tiendas Radio
Schak en los EE.UU., presentó la Tandy
TRS-80, su propuesta en este mercado.
El
primer modelo incluía teclado, CPU con procesador, una TV blanco y negro
modificada para la computadora y una grabadora de casetes de audio, para la
lectura y almacenamiento de datos; el paquete incluía el software Basic.
La
venta de estos equipos, se realizaba a través de la cadena de negocios de la
empresa, lo cual comunica acerca de la importancia de la integración vertical,
así como del poder de los grandes puntos de contacto con el consumidor, que permitió
la penetración del producto en el naciente mercado de las computadoras
personales.
Si
bien la fabricación continuó hasta el año 1981 y, a pesar que desde los inicios
de la década de 1980 comenzaron a producir computadoras más o menos compatibles
con las nuevas PC, el surgimiento de los clones, con la consiguiente baja de
los márgenes de ganancia, les impidió continuar en el mercado.
Aquí
también se observa, como en otros casos citados, como la globalización
económica, que se estaba llevando a cabo a pasos acelerados, incidió no solo en
el desarrollo de los equipos y su tecnología, sino también en incorporar y
descartar, a los distintos actores que participaban y participarían en ese
mercado.
También
en 1977, la compañía Commodore lanza al mercado el Commodore PET – Personal Electronic Transactor-, con lo
cual se completa la trilogía de este año, que estaba marcado por la confluencia
tecnológica, hecho que a su vez estaba señalando el camino hacia un creciente
proceso de estandarización[13]
de las computadoras personales, necesario para transformar definitivamente un
mercado de empresas y especialistas, en un mercado masivo; que
consecuentemente, cambiaría la comunicación, el trabajo, la investigación y el
entretenimiento a partir de ese momento histórico.
Este
lanzamiento, es producto de la previa compra por parte de Commodore –que estaba
en el negocio de las calculadoras-, de la empresa MOS Technology, que fabricaba
y vendía una computadora en kit, la MOS KIM-1; pero también fabricaba su
procesador, que a su vez había sido utilizado en la Apple II.
El
equipo consistía en un chasis, que incorporaba todos los componentes en uno
–monitor, teclado y unidad de cinta-, dirigido a un público de empresas y
hogares. Luego de lanzado al mercado, los pedidos crecieron rápidamente y la
lista de espera para los compradores, era de meses.
Evidentemente,
junto a la necesidad de las empresas fabricantes de masificar la utilización de
estos nuevos equipos, existía otra paralela de los consumidores, de encarar la
resolución de tareas, mecanizando las mismas; así como de repensar la forma de
reorganizar su tiempo, sus datos y su esparcimiento.
Hay
que destacar que esta computadora y sus sucesoras, fueron las más utilizadas en
escuelas y universidades en los EE.UU., a fines de la década de 1970 y
comienzos de la de 1980.
Pero
en el año 1981, se produciría el que podemos denominar, el auténtico punto de
inflexión en la historia de la computadora personal, con la comunicación por
parte de la empresa IBM –en ese entonces el gran gigante tecnológico-, el 12 de
agosto, del lanzamiento de su PC Compatible.
El
director ejecutivo de la compañía, Frank Cary, había detectado en el año 1979,
que las computadoras personales les robaban mercado a sus grandes equipos[14],
por lo que deberían ingresar a ese mercado, pero con el sistema de fabricar
todos los componentes de sus equipos, les llevaría un tiempo prolongado.
Fue
así que iniciaron un proyecto de arquitectura abierta, utilizando componentes
para la fabricación de sus máquinas, ya existentes en el mercado, provenientes
de empresas como Intel o Epson y algunos provenientes de la propia compañía, de
otras divisiones. De esta manera, cualquiera podría fabricar hardware o
desarrollar software para estos equipos.
El
proceso fue completado en un año y su forma de integración, posibilitaba no
solo reducir costos, sino también asegurar el suministro de los distintos
componentes. Una operatoria que, al permitir que otras empresas crearan
componentes para la máquina, terminó formando, indirectamente, el mercado de
los clones.
Esta
última cuestión, ya estaba marcando el predominio del software, la inteligencia
agregada, sobre la propia materialidad del equipo, que se podía copiar y
fabricar por muchas empresas; una tendencia que se acentuaría aceleradamente.
Pero
necesitaban un sistema operativo para la máquina, donde la empresa tenía dos
opciones (Sametband, 2001): el CP/M, escrito por Gary Kildall en 1974 y que ya
había vendido 600 mil copias o, el que aparentemente poseía Microsoft. Pero la
realidad era que ésta última no lo tenía, por lo que Bill Gates, recomendó a
IBM que se dirigieran a Kildall.
Cuando
el personal de IBM fue a visitar a Kildall, no lo encontró, pero fueron
atendidos por su esposa, quien se negó a firmar un contrato de confidencialidad
que le exigían, por lo que eligieron a Microsoft.
Ésta
última, prometió el sistema operativo, pero no lo tenía desarrollado. Entonces
acudieron a Tim Patterson, quien había escrito uno, copiado del de Kildall
llamado QDOS -Quick and Dirty Operating System-. Microsoft lo adquirió en 50 mil
dólares y lo convirtió en el primer sistema operativo de la PC Compatible[15].
Si
bien algunos de estos datos forman parte de lo anecdótico, también posibilitan
observar, como no existe linealidad en los procesos de desarrollo de nuevas
tecnologías, sino que los mismos obedecen a una conjunción de causas y
determinaciones, así como a la acción de diferentes variables contextuales.
Por
otra parte, debemos señalar que esta determinación de IBM, cambió de forma
radical el desarrollo de las computadoras personales, lo que posibilitó la ya
definitiva estandarización del producto; hecho que generó un mercado masivo,
dirigido tanto a empresas como consumidores finales, lo que a su vez
modificaría de raíz todas las relaciones sociales que se iban a disparar a
partir de ese momento.
Otros
dos hechos producidos ese mismo año, también deben ser señalados como hitos en
este proceso, ya que los mismos, también formarían parte del desarrollo de las
computadoras personales; hechos que están referidos al tema de la movilidad.
El
primero, fue el lanzamiento de la Osborne
1, la primera computadora portátil comercializada de la historia. Su
creador, Adam Osborne, se había hecho famoso por un libro, titulado An Introduction to Microcomputers, que la empresa IMSAI incluía en cada computadora
que vendía, lo que posibilitó para el autor la venta de 300.000 ejemplares
del mismo.
Osborne
tenía la idea de que para que las computadoras fueran útiles, debían tener la
posibilidad de transportarse y utilizarse donde se quisiera. Lo que llevaría a
la práctica cuando conoció a Lee Felsenstein, quien tenía experiencia en el
diseño de computadoras. Su concepto incluía que pudiera ponerse bajo el asiento
de un avión, que fuera sencilla de ensamblar y de bajo precio.
En
abril de 1981, en la Feria de Computadoras de la Costa Oeste de los EE.UU., fue
presentada por primera vez la Osborne-1,
que se considera la primera computadora personal portátil, destacando que se
trata de la primera comercializada, ya que hemos citado en este artículo,
antecedentes de la misma. La máquina pesaba 13 kg. y contaba con un puerto para
módem y un teclado desmontable y ya en septiembre de ese año se vendían unas
diez mil unidades mensuales.
A
pesar de este hecho, tanto la empresa como la máquina desaparecieron del
mercado, lo cual plantea la pregunta acerca de porqué pudo suceder.
En
noviembre de 1982, la compañía anunció dos nuevos modelos; la Executive, que poseía más memoria que la
primera y una pantalla de 7 pulgadas, frente a la original de 5; y otro modelo,
la Vixen. Estas novedades iniciarían
su comercialización en febrero de 1983.
Por
problemas técnicos, se retrasó la producción de la Executive y la Vixen fue
eliminada como proyecto. Como resultado, los consumidores dejaron de comprar la
máquina original, a la espera del nuevo modelo, que a su vez no estaba en el
mercado. Esta situación, llevó a la empresa a la quiebra.
En
un libro que publicó posteriormente, Osborne atribuyó el fracaso a lo que
denominó el hipercrecimiento. Un caso que podemos atribuir a un problema de
marketing, específicamente de comunicación; anunciar un producto más avanzado,
que no se poseía, lo cual por lógica anulaba la venta del producto en stock,
más antiguo. Es lo que entendemos una falla estratégica, lo que lleva a la
muerte del proyecto, que no obstante sería retomado por otras empresas del
sector, dado que si algo había demostrado Osborne, era visualizar hacia donde
se encaminaba la naciente industria; los usuarios y consumidores, necesitaban
la movilidad del artefacto que no solo era fuente de información, sino también
de comunicación[16].
El
otro hecho que vamos a citar es el del Epson
HX-20, que si bien no fue el primer portátil, es casi coincidente con el
Osborne, lo cual es demostrativo del camino que estaba emprendiendo la
computadora personal y como los distintos actores, estaban analizando la
potencial evolución del sector.
Este
equipo fue anunciado en 1981 –si bien fue comercializado en 1982- y según
Velasco (2011), era una computadora, aunque parecía una calculadora.
Su
peso era de 1,7 kg. en el tamaño de una hoja A4, con teclado y batería con unas
50 horas de autonomía, almacenando los datos en una micro-cinta integrada.
Los
dos casos descriptos, se han tomado como hitos, ya que los mismos estaban
marcando el camino de una nueva genealogía dentro de las computadoras
personales y, a la vez, disparando un proceso que, junto a los hechos expuestos
con anterioridad, marcaban una transformación irreversible en el campo de la
información y la comunicación.
Todavía
faltaban y se producirían, muchos hitos que progresivamente, llevarían a las
computadoras personales a la configuración de un sistema tecnológico como lo
conocemos en nuestro presente, así como a su posterior integración con otros dispositivos
y con la red Internet, que finalmente configuraría un nuevo mercado.
IV.- Conclusiones
Se
ha establecido en el desarrollo del artículo, como la evolución de la
computadora personal, debe ser estudiado en el marco de una más amplia historia
de las computadoras; aunque representa una genealogía alternativa, a partir de
la década de 1960.
Si
bien solo se han considerado, como se explicitó al inicio, algunos hitos que se
considera que marcan la tendencia en todo el proceso descripto, esto ha permitido
observar, como los cambios tecnológicos y, los cambios sociales consecuentes,
son el producto de una larga duración en la historia. Un desarrollo que es
necesario estudiar en su totalidad, para comprender sus causas y las fuerzas
sociales que intervienen en cada etapa en el mismo.
En
ese sentido, también se puede visualizar en el trabajo, como el desarrollo de
la informática, debe ser analizado como una cuestión sistémica del
desenvolvimiento de las fuerzas productivas en la sociedad. Esto último es determinante,
ya que no solo es el capitalismo el que produce el surgimiento de un nuevo
artefacto y su posterior evolución, sino que hemos visto como en un país que se
denominaba socialista, donde no existía la propiedad privada de los medios de
producción, como la U.R.S.S., también se produjo este desarrollo, aunque por
otros caminos tecnológicos.
De
hecho, Marcuse (1985; 181), en una obra original de 1954, ya planteaba como “un computador electrónico puede servir
igualmente a una administración
capitalista o socialista”. A pesar de que expone, como Marx refuta esta
supuesta neutralidad, sostiene más adelante que “…cuando la técnica llega a ser la forma universal de producción
material, circunscribe toda una
cultura, proyecta una totalidad histórica: un mundo”. De alguna manera,
estaba prefigurando la situación del estado actual de desarrollo de la
tecnología[17].
Pero
por las características del proceso, queda claro que las computadoras, fueron
impulsadas desde sus primeros pasos, por el progreso del sistema capitalista,
de la misma manera que la máquina de vapor o el crecimiento de los
ferrocarriles, deben ser puestos en interrelación con el propio acontecer del
sistema.
Otro
tema que hemos tratado, se refiere al papel que jugaron los distintos actores
sociales en esta transformación. Actores que conforman lo que Pinch y Bijker
(2008), denominan los grupos sociales relevantes, término bajo el cual agrupan
a instituciones y organizaciones, así como grupos de individuos organizados o
desorganizados, para los cuales el artefacto bajo estudio posee algún
significado.
Así,
los gobiernos y, en especial, la industria militar, ocuparon un lugar
prominente en el siglo XX, que posteriormente iba a ser ocupado por la empresa
privada; aunque algunos gobiernos, nunca dejaron de constituirse como base
económica, científica y tecnológica de estos procesos[18].
Pero
hay que destacar, que en toda nuestra descripción, lo que surge como novedoso,
es el lugar ocupado en el desarrollo de la computadora personal, por las
grandes empresas y de su contrapartida, pequeñas compañías que nacían como
resultado de este nuevo mercado.
Ya
hemos señalado como, los primeros intentos no aparecen solo en los EE.UU, sino
también, en Francia o en Italia. Pero se puede observar como en el primero,
grandes compañías que tenían la delantera tecnológica, como el caso de Xerox o
de IBM, no fueron finalmente quienes se apropiaron del mercado resultante[19];
de la misma manera, que muchas organizaciones que tomaron la delantera
tecnológica, desaparecieron posteriormente.
Pensamos
que esta situación obedece a la convergencia de distintas causas, como puede
ser por una parte el hecho, de que las grandes compañías, se encuentran muchas
veces ancladas en el éxito de sus productos y en su poder de participación en
el mercado, lo que les imposibilita observar como esos mercados, pueden
transformarse o desaparecer, al compás del surgimiento de tecnologías
innovadoras; es el caso que denominamos los competidores amplios, que terminan
reemplazando a los mercados y/o productos existentes.
Situaciones
como el del mercado de la fotografía, donde las marcas tradicionales fueron
desplazadas, ante el surgimiento de las tecnologías digitales, por marcas de
productos de consumo hogareño o, posteriormente, el caso del mercado de cámaras
fotográficas sucumbiendo, a nivel masivo, ante el de los teléfonos celulares.
Pero
otra de las causas entendemos se vincula a las características de los nuevos
productos, como hemos visto en el desarrollo de las computadoras personales,
donde son necesarios distintos procesos de ensayo y error, hasta alcanzar la
operatividad y posterior estandarización.
Lo
expuesto, sin obviar el hecho de que las grandes organizaciones, como lo han
demostrado en el curso de la historia, siempre están en condiciones, por su
poder económico y financiero, de absorver aquellas empresas que poseen
proyectos rentables en el largo plazo.
Otra
cuestión a considerar, es el tema de la recepción por parte de consumidores y
usuarios en todo este proceso. Tema que, más allá del poder de las empresas
para imponer modelos y pautas de consumo, pensamos que es central, tratándose
de mercados en formación.
Al
interés de los nuevos actores empresarios del proceso, en fomentar el interés
por las nuevas computadoras personales, a su vez impulsado por el sistema de
los medios de comunicación –ya ha sido mencionado el papel de Popular Electronics como ejemplo-, hay
que sumarle los propios intereses de los futuros consumidores del producto.
Entre
éstos últimos, encontramos dos grupos diferenciados y a su vez
interrelacionados: el conjunto de las empresas y los consumidores finales. Los
primeros, interesados en el potencial del nuevo artefacto, por las
transformaciones que posibilitaba en la organización del trabajo, así como en
el consecuente procesamiento de la información y su utilización en los
negocios.
Y
los segundos, por el potencial que significaba en la comunicación y el
entretenimiento, además de haber asumido un discurso que les instaba a tomar
los procesos en sus manos, hecho que indirectamente –y paradójicamente-, estaba
trasladando muchas de las actividades de los negocios al propio consumidor, sin
su contrapartida en los precios.
Pero
los consumidores, también fueron demandando una estandarización de productos y
programas, para que se pudiera justificar acceder a las nuevas computadoras, ya
que las mismas debían ser compatibles en todo el sistema comunicacional; solo
de esta manera tomaban sentido las promesas sobre las perspectivas del nuevo
artefacto.
Si
bien lo que hemos delineado son solo las bases del tema en cuestión, ya que el
mismo deberá ser profundizado en nuevas investigaciones, constituye sin duda un
punto de partida para entender este proceso –que comprende en nuestro análisis
el período desde la década de 1960 hasta 1981, donde se puede decir que se
dispara la estandarización-, posibilitándonos comprender el desarrollo de este
producto tan particular, como partícipe necesario en la construcción de todo un
modelo de nuevas relaciones sociales en el sistema capitalista. Pues como
sostenía Neil Postman (1998), si hay algo que caracteriza al cambio
tecnológico, es que el mismo es ecológico, pues se difunde e impacta en todas
las esferas de la sociedad.
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informática a ícono de culto.
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Páginas
de Internet consultadas:
[1] Debemos decir que este desarrollo,
lentamente, se había iniciado ya mucho tiempo antes.
[2]
Aunque se trataba de un invento de James Thomson, del año 1876.
[3]
En 1956, en el MIT se había construido la que se conoce como la primera
computadora en la historia transistorizada, la TX-O, pero la misma solo tenía
objetivos de investigación. También en 1959, la empresa japonesa NEC, construyó
la NEAC 2201, totalmente transistorizada.
[4]
Entendemos por cambio tecnológico, no simplemente una modificación o avances
dentro de una misma tecnología, sino las rupturas que se producen en relación
con la tecnología existente y, que a su vez, disparan un proceso que impacta en
otras tecnologías y en el conjunto de las relaciones sociales.
[5]
Debemos señalar igualmente que “larga duración”, también es un término con contenido
histórico, pues el plazo del mismo tomará sentido en cada período analizado.
[6]
Sin debatir en este trabajo, acerca de si lo que se estaba construyendo era
realmente socialismo, o estaba derivando hacia otro tipo de estructura social.
[7]
Como dato complementario, la patente del
Mouse quedó en el Stanford Research Institute, que más tarde lo licenció a
Apple por U$S 40.000.- Engelbart recibió U$S 10.000.-
[8] Igor Anssoff define esta tasa como la velocidad con que los nuevos
productos y servicios invaden los mercados. (Ver: Ansoff H. Igor y McDonell Edgard J. La dirección estratégica en la práctica
empresarial. Addison Wesley Iberoamericana S.A.: México; 1998. pp. 9-10).
En un sentido amplio, lo entendemos como la velocidad desde el proceso de
investigación e innovación hasta el consumo.
[9]
Para López (2019), la paternidad de la computadora personal se atribuye al IBM
610, de 1957, que era de menor tamaño que las computadoras de ese momento, pero
tenía el objetivo de que pudiera ser operada por cualquier persona, aunque no
fuera un ingeniero. Entonces, se la podría entender como la paternidad
conceptual de las computadoras personales. En cuanto a la primera, se puede
decir que la Programma 101 de Olivetti también podría reclamar este lugar.
[10]
“Lo que ves es lo que tienes”.
[11]
Como antecedente, en el año 1974, Scelbi Computer Consulting, desarrolló
asimismo un hardware y software basado en el procesador Intel 8008, que estaba
disponible en kit pero también se vendía ensamblado, una producción que fue
abandonada en poco tiempo. El equipo, igual que después la Altair, tenía un
panel frontal con interruptores.
[12]
No ha sido posible para esta investigación, constatar la cantidad exacta de
unidades vendidas.
[13]
Hay que destacar, que todavía se trataba de un proceso lento y complejo para
estos años.
[14]
Se debe señalar igualmente, que en 1975, la empresa había lanzado al mercado
una minicomputadora de escritorio, la IBM 5100, si bien de precio excesivamente
elevado.
[15] Las relaciones entre las innovaciones de las empresas y lo fortuito, el azar, ya han sido exploradas por el autor de este artículo en: Molinari Carlos A. J. Estrategia e Innovación ¿Dimensiones en conflicto? Anales de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Abierta Interamericana, Tº I Nº 2, Buenos Aires, 2005. pp. 163-177, lo que nos exime de profundizar en el tema.
[16]
Aunque para completar este proceso, todavía faltaban muchos años, hasta la
llegada de Internet abierta al público, lo que terminó de configurar todo un
nuevo y amplio mercado, cuya descripción y características exceden este artículo.
[17]
Queda por fuera de los objetivos de este artículo, el debate de la cuestión de
la neutralidad de la tecnología y de los artefactos.
[18]
El caso de la evolución de la red Internet, que se constituyó en la plataforma
del desarrollo de las tecnologías digitales, que no hemos tratado en este
trabajo por quedar fuera de nuestro espacio cronológico, es claro al respecto.
[19]
Aunque hay que resaltar, que el posterior devenir de todo este proceso, demostró
que el verdadero corazón del mismo no era tanto el artefacto, sino sus
programas.