Artículos Recomendados: Jorge Forno. Los
cazadores de la información perdida. Diario Página 12, Suplemento Futuro, 9
de febrero de 2013. Se trata de un artículo periodístico, sobre la denominada
“minería de datos” o “datamining”, en su terminología en inglés. Sucinto, pero
sumamente interesante, ya que explica los antecedentes teóricos de esta
herramienta, que se remontan a tres siglos atrás, así como sus aplicaciones,
entre las que se encuentra el maketing. Asimismo, plantea los dilemas éticos a
su utilización. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2809-2013-02-09.html
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jueves, 21 de febrero de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
Artículos Recomendados: ALCAIDE CASADO JUAN y AGIRRE IZASKUN. Marketing Industrial: una urgencia
inaplazable. Revista MK Marketing+ventas, Nº 209, enero 2006. pp. 8-18. Los
autores hacen hincapié en la necesidad de desarrollar un auténtico marketing
industrial, centrando en la importancia de una mejora urgente de las relaciones
con los clientes. Disponible en:
viernes, 21 de diciembre de 2012
Software: GanttProject,
es un software gratuito, basado en el diagrama desarrollado por Henry Gantt, que
posibilita organizar la planificación de un proyecto. Se trata de un
instrumento para gestionarlo, a partir de la asignación de tiempos y recursos.
Como un dato adicional, permite establecer dependencias entre las distintas
tareas, con lo cual el inicio de una depende de la finalización de la anterior.
En resumen, quien deba gestionar un proyecto, dispone de una herramienta para
el seguimiento del mismo y la detección de sus posibles desviaciones. Sumamente
útil para estructurar el plan de lanzamiento de nuevos productos, organizar
campañas de promoción, implementar el plan de marketing de la empresa o
cualquier proyecto comercial que implique múltiples tiempos y tareas. Se puede
descargar desde http://ganttproject.softonic.com
lunes, 10 de diciembre de 2012
EL
MARKETING DEL FUTURO O EL FUTURO DEL MARKETING.
De
la miopía del marketing a la web 3.0
Mg. Carlos A. J. Molinari
¿Qué significa hoy el
marketing como disciplina para una organización? Lo que hoy entendemos por
marketing, ¿es lo mismo que pensábamos hace 30 o 40 años?¿Es lo mismo que
necesitaremos como instrumento de gestión en los próximos 10 años? ¿Cuáles son
los principales instrumentos que se están desarrollando y que surgen con más
posibilidades de transformar las prácticas culturales y, por lo tanto, el
marketing en tanto disciplina o técnica social[1]?
Estas preguntas, con las
limitaciones lógicas de espacio, es a las que trataremos, quizás no de dar
respuesta, pero sí de debatir en este artículo al efecto de plantear indicios
que conduzcan a una profundización en su estudio.
Lo primero que se hace
necesario señalar, es que entendemos aquí que la esencia del marketing no ha
variado, por lo menos desde la década de 1950 hasta la fecha; sigue siendo,
crear un mercado para los productos y/o servicios, actuales o potenciales, de
la empresa.
Lo que ha cambiado es el
contexto; o sea los consumidores, la cultura de la sociedad, las tecnologías,
el conocimiento científico, los medios de comunicación, la organización
socioeconómica. En consecuencia, el marketing ha debido insertarse en la nueva
sociedad de manera adaptativa, sin tiempo muchas veces para que los académicos
desarrollaran nuevas teorías que sostuvieran los cambios en las dimensiones
descriptas. La necesidad de subsistencia de las organizaciones, las ha llevado
a perfeccionar sus técnicas de marketing, por prueba y error, en tiempos cada
vez más cortos.
Debido a que no hay
posibilidades de analizar el presente ni tendencias hacia el futuro, sin
explorar el pasado, con sus conceptos todavía vigentes y con aquellos que la
propia práctica ha dejado obsoletos o, por lo menos, incompletos en su
explicación de la realidad, es que marcaremos algunos hitos, que entendemos nos
pueden ayudar a comprender la actualidad y el futuro del marketing.
Si bien se pueden
rastrear antecedentes de nuestra disciplina en la primera mitad del siglo XX,
fundamentalmente en los EE.UU., que por su peso en el desarrollo de la economía
capitalista mundial, es quien lideró los estudios sobre como vincular la
organización con sus clientes[2], vamos a centrarnos en los
años transcurridos a partir de la finalización de la 2ª Guerra Mundial, que
coinciden con una etapa de expansión económica y, por tanto, producen la
necesidad de concentrarse en como ampliar los mercados de cada empresa.
Pensamos que, más allá de
que la década de 1950 marca la tendencia hacia la orientación al marketing en
las empresas, es la siguiente década, en la que surgen aportes que van a, si
así se puede decir, constituir la base de lo que será la disciplina como hoy la
entendemos.
En enero de 1960, en el
Journal of Marketing, Robert Keith publica un artículo titulado “The marketing revolution”, donde
sostiene que una empresa pasa por tres etapas: orientación a la producción, a
las ventas y al marketing.
En el mismo año, en un
artículo publicado en la Harvard Business
Review de julio-agosto, de Theodore Levitt, titulado Marketing myopia, este autor plantea que esa miopía estaba
representada por la falta de respuesta a los requerimientos cambiantes de los
consumidores, preocupación de las empresas por los productos en lugar de
preocuparse por los mercados a los que sirven, tendencias a las definiciones
estrechas de sus propósitos y las
necesidades de los consumidores; además de remarcar que las actividades comerciales
deben realizarse hacia atrás.
También en ese año, Jerome
McCarthy, desarrolla el modelo de las 4P[3], lo que se ha conocido
como el marketing mix o mezcla comercial; lo que fue evolucionando hacia lo que
denominamos el modelo de las 4C
y posteriormente, las 7C.
Sobre esta plataforma de
ideas, se ha ido construyendo mucho del encuadre teórico de lo que hoy
entendemos como marketing, con aportes de Kotler, Levy, Sachs y Benson, Baker,
Foxall, Ries y Trout, por citar solo algunos.
Es en este marco -haciendo
hincapié en que las características de este artículo nos obligan a realizar
saltos en el tiempo, pero no conceptuales-, que nos debemos preguntar como
evolucionó la práctica del marketing en las empresas.
Frente a mercados donde
la demanda superaba a la oferta, como los emergentes en el período de 1945 a 1973 –fundamentalmente
en los países desarrollados-, las organizaciones dieron lugar a un marketing
masivo, donde la característica diferencial estaba dada por la fabricación y
venta de grandes volúmenes de productos indiferenciados[4].
Posteriormente, con el
fin de esta etapa de bonanza a partir de la denominada crisis del petróleo en
1973 y sus repercusiones en la economía mundial, las empresas se vieron en la
necesidad de abandonar su política de grandes volúmenes de productos
indiferenciados para, sin perder escala, comenzar la fabricación de productos
diferenciados, para grupos de consumidores que demandaban características más
específicas en los productos y servicios; se ingresó así en lo que denominamos
marketing de segmento.
Esta nueva situación,
condujo a las organizaciones a un nuevo campo de lucha competitiva, pues la
diferenciación para cada segmento transformó a éste en campo de batalla. Es en
ese momento, en que se estudia como hay consumidores que demandaban un nivel
superior de especialización en los productos, alguna característica diferencial
que los transformara en radicalmente distintos del dirigido al segmento,
surgiendo así el marketing de nicho.
Pero el desarrollo
acelerado de la tecnología informática y las comunicaciones, esencialmente a
partir de la década de 1980, posibilitó la consolidación de una nueva manera de
pensar el marketing, ya no dirigido a grupos anónimos, sino a cada consumidor
en forma individual, dando lugar al crecimiento del que llamamos marketing
directo, o marketing relacional, o marketing uno a uno, donde la base es
establecer relaciones de ida y vuelta, en forma personalizada con los clientes.
Mientras sucedía este
proceso que hemos descripto sucintamente, surgían también los cuestionamientos al
marketing, algunos provenientes de la propia disciplina y otros, del marco de
otras ciencias sociales, como la sociología, la psicología o la economía.
Uno de ellos es que el
cliente solo sabe de lo que conoce, no de las necesidades latentes. De hecho,
muchos productos que hoy consideramos cotidianos en su uso, no lo serían si
antes de fabricarlos se hubiera preguntado a los consumidores que necesitaban;
un consumidor, por ejemplo, no puede conocer que puede hacer por él la tecnología.
Pensemos que hubiera sido del walkman, si antes de fabricarlo la empresa Sony
hubiera consultado a los consumidores sobre que equipo de música estaban necesitando.
Otro de los
cuestionamientos tiene que ver con que satisfacer a los consumidores, puede
traer consecuencias sociales, a veces inimaginables al momento de diseñar el
producto; el envase puede ser una carta de presentación del producto, pero cabe
preguntarse hasta cuando puede tolerar la naturaleza su propia destrucción para
fabricarlos, o hasta cuanto soporta una sociedad la generación de la basura que
producen.
Esto conduce a la
denominada obsolescencia planificada, que ya fuera denunciada por Vance
Packard, visionariamente, en la década de 1950[5], planteando como se crean ‘desechos
psicológicos’, instando a los consumidores a cambiar productos que aún son
útiles desde el punto de vista de su funcionalidad. Así, la lucha competitiva
se traslada a dejar obsoletos los propios productos, sea por moda o por
tecnología. Sabemos, que este hecho ya no coincide con un desarrollo
sustentable de nuestro planeta y que es necesario buscar nuevas propuestas,
para evitar que la superproducción conduzca a una catástrofe ambiental.
A esta situación la
denominaremos la creación de necesidades nocivas[6], en tanto que son
perjudiciales para los propios consumidores, pues el producto no es valioso por
su uso, sino por una carga simbólica que termina atentando contra el propio
desarrollo sustentable de la sociedad, fomentando el consumismo, que no es más
que el consumo por el consumo en sí.
Las críticas expuestas,
desembocan en el planteo de que el marketing debe ser encuadrado en la
responsabilidad social empresaria o, en otras palabras, que no hay futuro para
el marketing sino es a través de una profunda conducta ética de las empresas y
sus profesionales.
Anteriormente, habíamos
citado la importancia de las tecnologías vinculadas a la informática y las
telecomunicaciones, en especial a partir del año 1995 en que la web comienza a
ser transitada por millones de personas en el mundo y donde las empresas
descubren en su lenguaje, un nuevo mundo para llegar a sus clientes actuales y
potenciales. Pero el nacimiento y crecimiento de las redes sociales, además del
aumento de los dispositivos móviles y sus aplicaciones, han terminado de
configurar una verdadera revolución comunicacional en el marketing.
En un estudio mundial
realizado por la empresa IBM, reproducido por los medios en septiembre de 2012,
donde se entrevistaron a más de 1700 directores de marketing de 64 países,
éstos mencionan cuatro factores que afectarán sus negocios en los próximos
cuatro años: la explosión de datos, las redes sociales, la proliferación de
canales y dispositivos y los cambios demográficos de los consumidores. Se puede
observar, como los tres primeros factores, corresponden a cambios generados o,
como derivados de la tecnología, que han conformado las redes digitales sobre
las que hoy trabajamos y nos comunicamos.
Evidentemente, esta súper
abundancia de datos y canales, que también se relacionan con los cambios
demográficos, demandarán por parte de los profesionales de marketing, de nuevas
habilidades y capacidades para enfrentar la situación.
La web 3.0, también
denominada web semántica, es posible que venga a dar respuesta a esta nueva necesidad
de interpretar multitud de datos. Se trata, según Jeffrey Pollock, citado por
Florencia Lafuente[7],
de que las fotos, el texto y los gráficos que vemos en el navegador, no
provengan de una página estática, sino de diferentes sitios de la red, combinados
de manera única para nuestra necesidad. Se trata, de buscar ideas o conceptos,
en lugar de hacer consultas por palabras clave. Más allá de que se trata de una
herramienta en desarrollo, podemos imaginar la transformación que producirá en
los consumidores y la sociedad en general y, como consecuencia, el impacto que
tendrá sobre la disciplina del marketing.
En este contexto, con los
avances tecnológicos interactuando con múltiples variables sociales –como la
economía, la política, las leyes, la demografía, la cultura-, se va
configurando un proceso donde el acto de consumir, va sufriendo
transformaciones radicales. Son estas transformaciones, las que obligan a
pensar si el marketing tal cual lo conocemos, puede afrontar el desafío de
interpretar a las personas y sus necesidades para dotar a las empresas de
herramientas de análisis que les posibiliten transformar sus relaciones con los
clientes y con la sociedad en su conjunto.
El entorno que estamos
describiendo para el marketing, se caracteriza cada vez más por la movilidad de
los dispositivos con los cuales los consumidores interactúan entre ellos y con
las empresas; por una interacción creciente entre los comercios físicos y las
redes virtuales; y por un consumidor que ya no puede ser visto como algo externo
a la empresa, ya que ésta le entrega herramientas de comunicación y diseño para
que ingrese en ellas y forme parte no solo de los nuevos productos, sino
también del control de calidad del servicio al cliente.
¿Hacia dónde está
evolucionando entonces el marketing?
Lo primero que deberíamos
decir, es que se está transformando en un espacio de entrecruzamientos entre
técnicas, tecnologías sociales y artefactuales, ciencias -como la psicología,
la economía, la ciencia política, la sociología, la antropología-, normativas
sociales y legales, la heurística, el pensamiento sistémico y el pensamiento
complejo.
Asimismo, el creciente
papel de la tecnología, está transformando el marketing. Y esta situación se
produce por lo que planteaba Neil Postman, en Las cinco advertencias del cambio tecnológico[8], acerca de que el cambio tecnológico no es
simplemente aditivo, sino que es ecológico, pues un nuevo medio no agrega algo,
sino que lo cambia todo.
También debemos decir
que, por ahora, el marketing es solo una técnica y, para que se transforme en
una herramienta útil de la gestión de las organizaciones, hay que considerar
esta limitación y apelar a ese entrecruzamiento al que antes hacíamos mención
para progresar en la construcción de modelos que nos permitan comprender la
realidad en su conjunto y no solo una parte de la misma.
Finalmente, lo central
para que cualquier perspectiva de desarrollo futuro tenga sentido, es que la
ética deber ser el principio rector de cualquier estrategia y táctica de
marketing. El respeto por lo derechos humanos, por el consumo responsable, por
el medio ambiente, por la diversidad cultural, de género, religiosa y política,
no pueden estar ausentes de una política que se proponga relacionar la empresa,
el acto de consumo y la sociedad.
[1]
No es objetivo de este
trabajo analizar a cuál de estas categorías pertenece el marketing, lo que
debería ser objetivo de una investigación específica.
[2]
Sin que esto implique, en
este artículo, abrir juicio sobre los inconvenientes que esta situación trae al
desarrollo del estudio del marketing en las distintas realidades nacionales.
[3]
Basado en estudios previos
de Neil Borden y James Culliton.
[4]
Para ampliar sobre este
proceso ver: Coriat Benjamín. El taller y
el robot. Ensayos sobre el fordismo y la producción en masa en la era de la
electrónica. Siglo Veintiuno Editores, México, 1992.
[5]
Packard Vance. Las formas ocultas de la propaganda. 18ª
Edición, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
[6]
Utilizando la terminología
de Jorge Veraza U., que describe los valores de uso nocivos de los productos.
[7]
Lafuente Florencia. La era del
razonamiento artificial. Revista Gestión, Buenos Aires, Vol. 16 Nº 2, marzo
abril 2011. pp. 72-77.
[8]
Disponible en: www.globalizacion.org/desarrollo/PostmanCambioTecnologico.htm
Links recomendados: el blog de María José López, sobre tendencias de
consumo, marketing y social media. Si bien está centrado en la práctica en
España y la Unión Europea,
posee buenos y actualizados datos sobre la evolución de los temas que dan
origen a blog. Muy interesante para visualizar tendencias. Se pueden encontrar
estudios, informes, libros y manuales gratuitos, entre otros materiales. http://mjlopezz.com
martes, 20 de noviembre de 2012
Artículos Recomendados: Góngora Villabona Álvaro. La Dimensión simbólica del mundo de los productos: El mundo productual. Revista Colombiana de Marketing, Vol. 4 Nº 6, 2005. Artículo que explica el producto como un símbolo, ya que participa de la condición humana, utilizando como herramienta de análisis la semiótica simbólica. Disponible en:
jueves, 15 de noviembre de 2012
Documentales recomendados: Comprar, TIRAR,
Comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada. Dirección:
Cosima Dannoritzer. Origen: España.
Disponible en: http://www.teledocumentales.com/comprar-tirar-comprar-version-extendida/
Excelente documental sobre los problemas del consumismo y las prácticas de fomentarlo sin límites.
QUIENES SOMOS
Bienvenido al blog de Estudios Interdisciplinarios en Administración, Cultura y Pensamiento Crítico, un espacio de investigación, debate e intercambio sobre temas de administración, con un enfoque inter, trans y metadisciplinario, que posibilite el desarrollo de un pensamiento crítico en la disciplina, a partir de su interacción con el conjunto de la ciencia, la técnica y el arte.
En él podrás encontrar artículos sobre los temas más diversos vinculados con el pensar la sociedad y, en este marco, la administración de organizaciones e instituciones; links a artículos publicados en otros medios que juzgamos de interés para nuestros lectores; comentarios de libros, así como enlaces a documentales, libros digitales, páginas web y otros sitios.
Pero no se trata simplemente de una página que reproduce lo que publican otros medios o sobre los temas en discusión en cada momento, sino que pretende ser un aporte para generar un pensamieno crítico que posibilite, repensar y reconstruir nuestra disciplina, aportando en el desarrollo de la teoría y práctica de la misma.
Es en ese sentido, que no dudamos en recurrir a los aportes de otras disciplinas, ya que en un mundo de relaciones complejas, no encontramos otro camino para el pensar que recurrir al intercambio fecundo, sea con las ciencias denominadas duras, como a las sociales, así como a la literatura y el arte.
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