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domingo, 17 de enero de 2021

 

 

EL CARGADOR DEL CELULAR, LA RENTABILIDAD

DE LA EMPRESA Y LA COMUNICACIÓN CON EL CLIENTE

 

Mg. Carlos A. J. Molinari

 

En el mes de octubre de 2020, la empresa Apple anunció que no incluiría los cargadores de batería y los audífonos en las cajas de los nuevos celulares I-Phone, justificando esta medida en la protección del medio ambiente.

De hecho, propone a sus consumidores la utilización de los auriculares o el cargador que ya se poseen de un modelo anterior, informando a su vez que incluirán en todos los modelos un cable de Lightning a USB-C.

También han declarado que al eliminar cargador y auriculares reducen los envases –se utiliza menos materia prima en los mismos- y, a su vez, este hecho posibilita transportar más unidades en cada contenedor, con la consiguiente reducción de la cantidad de envíos; y se puede decir menos combustible para el transporte. Estiman así que estas medidas ayudan a eliminar más de dos millones de toneladas métricas de emisiones de carbono.

La empresa se propone entonces, convertirse en 100% neutral en emisiones de carbono para el año 2030[1].

Con estos datos fríos, hay que sostener que deberíamos coincidir con lo expuesto por la compañía, tratándose este de un caso que se puede encuadrar en la Responsabilidad Social Empresaria, con énfasis en el cuidado del medio ambiente desde la  concepción del producto; lo cual se debe remarcar, ya que es en el propio producto, su diseño y construcción donde primero se debe manifestar la RSE, antes que en políticas filantrópicas o de patrocinio.

Asimismo debemos decir, sin dudas, que la política comunicacional ha sido muy buena, ya que ha explicitado claramente sus objetivos, no solo a sus clientes actuales, sino inclusive a los potenciales, que son quienes podrían verse más perjudicados por las nuevas medidas, ya que no poseen cargador y auriculares de su viejo teléfono. No obstante, visto como un proyecto para proteger “nuestra casa común”, el planeta, no hay dudas de que una parte importante de estos nuevos clientes lo verán con una imagen positiva.

Como era de esperar, ya otras compañías han anunciado que seguirán esta política; se estima que con la misma argumentación, al utilizar menos materia prima para los accesorios del producto y para el envase.

Hasta aquí los fríos datos expuestos por la empresa, que no deben ser tomados y reproducidos sin un análisis crítico de los mismos en el contexto actual del desarrollo de nuestra sociedad; se trata en definitiva de “ir más allá” del dato para adentrarnos en la política empresaria.

Y el primer punto de análisis, es que esta disminución de accesorios y de envases, más los ahorros de costos resultantes en los fletes, deberían reflejarse en una rebaja de los precios al consumidor, ya que se trata de un producto de precio selectivo. Sin embargo, no surge de la comunicación ninguna alusión a una medida de este tipo, con lo cual es sencillo deducir que los ahorros de costos solo incrementarán las utilidades de la empresa.

Se podría plantear, que el consumidor recibirá beneficios a partir de los ahorros en materia prima y las emisiones de carbono reducidas producto de los ahorros en transporte. Pero esto no resulta sostenible, ya que trabajar para preservar el planeta es una obligación de todos los seres humanos, incluidas las empresas, ya que la destrucción acelerada del planeta solo conduce a la inexistencia de futuro para los humanos. En definitiva, solo están haciendo lo que deben hacer; la responsabilidad social en este momento histórico es una necesidad y una obligación, no una concesión.

Entonces, en la búsqueda de una explicación, debemos volver al tema de los costos y los precios.

Si no existe una preocupación por parte de la compañía en informar a los consumidores sobre la causa por la cual no reflejará en sus precios esta baja de costos, es porque no existe interés por parte de la misma en una baja del precio al público. Situación que es producto de la inexistencia de una relación directa de los costos con los precios.

Éste último corresponde a un producto de alta gama entre los celulares y su precio de venta refleja el posicionamiento que se desea obtener para el mismo; en estos casos se puede decir que una baja de precios puede interpretarse en forma negativa por parte de los clientes actuales o potenciales.

Lo que nos conduce a establecer que los precios en este tipo de productos no tiene una relación directa con los costos, sino con una estrategia de imagen de marca y de empresa.

Entonces nos encontramos frente a una comunicación que, en términos vulgares, le plantea al comprador: “Usted va a pagar más caro nuestro producto, nosotros ganaremos más dinero gracias a ello, pero usted adquiere el beneficio social que implica poseer nuestra marca”.

Frente a situaciones como la descripta, el discurso de algunos economistas que insisten con sus modelos teóricos sobre la racionalidad del consumidor, naufragan frente al inconsciente y los deseos de los seres humanos.

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