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jueves, 18 de marzo de 2021

 

Artículos Recomendados. Si bien se trata de un artículo periodístico, con las simplificaciones que ello implica, entiendo que se trata de un interesante disparador acerca de cómo se piensa desde la disciplina de la administración la estrategia de la empresa.

Todos los autores del pensamiento estratégico empresario, desde los más estructurados (Ansoff) hasta quienes apuntan más a la espontaneidad y la emergencia desde la base de la organización (Mintzberg) y clásicos como Drucker, Porter y otros –básicamente encuadrados en la escuela anglosajona-, nos han ofrecido una visión de esta área de estudios de la gestión alineada con una mentalidad que abreva en la cultura que vulgarmente se denomina “occidental y cristiana”, con todas las limitaciones e incoherencias que tiene este término; que por objetivos no podemos tratar y dilucidar en este espacio. Aunque no obstante podemos señalar que se trata de una mentalidad que apunta permanentemente al pensamiento único.

Entonces vemos como siempre el concepto inicia con una palabra de uso militar en la Antigua Grecia y se complementa con teóricos y prácticos del campo militar, para trasladarse a las grandes empresas y sus ejemplos de éxito, en un procedimiento lineal y mecanicista de base positivista, aún con los esfuerzos –aunque tibios- en los últimos  treinta años para salir de este esquema.

Dejamos de lado aquí esas ideas más vinculadas con la autoayuda como las comparaciones con cisnes, manadas de lobos y otras metáforas fuera de lugar que nada aportan a la cuestión.

Cuando se recurre a otras culturas y modos de pensamiento, como el caso del famoso libro de Sun-Tzu sobre El Arte de la Guerra, se lo hace más como un procedimiento de aplicar frases a situaciones empresarias que en la teoría habrían triunfado por seguir las conclusiones de las mismas; aunque es improbable que esos triunfadores leyeran o siquiera conocieran el libro en cuestión.

Pero lo que se soslaya es que la gestión o management, por su término en inglés, sea una ciencia o una tecnología social –no vamos tampoco a abordar ese tema aquí-, debe ser encuadrada justamente en el campo de lo social.

Con este marco es cuando se entiende como la cultura, en cuanto a componente esencial del comportamiento social, es la base sobre la cual pueden analizarse los comportamientos sociales, entre ellos los de las personas que conducen las organizaciones empresarias y los del resto de sus miembros así como las consecuentes operatorias de las empresas.

Lo que nos muestra el artículo que recomendamos, es como el triunfo de una empresa en China frente a un competidor de talla internacional como Uber, solo puede comprenderse a partir de despegarse de ideas preconcebidas y tratar de estudiar la cultura de cada grupo social, no solo en su presente, sino en su conformación histórica.

No coincido con todo lo que dice el artículo y hay temas que deberían profundizarse, pero de lo que no cabe duda es que el autor ha “dado en la tecla” en cuanto a la necesidad de investigar a fondo los comportamientos de las personas en cada cultura, en cada geografía, en cada tradición. Y terminar con esa tendencia perjudicial de englobar el pensamiento en una estructura de absoluta validez; por lo menos en lo que hace a la conducción de una organización lucrativa.

El artículo se titula El tao venció a Uber en China, fue escrito por Julián Varsavsky y su fecha de publicación fue el 13 de marzo de 2021 en el Diario Página 12 de la Ciudad de Buenos Aires. Disponible en:  https://www.pagina12.com.ar/329175-el-tao-vencio-a-uber-en-china