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Si bien se trata de un artículo periodístico, con las simplificaciones que ello
implica, entiendo que se trata de un interesante disparador acerca de cómo se
piensa desde la disciplina de la administración la estrategia de la empresa.
Todos
los autores del pensamiento estratégico empresario, desde los más estructurados
(Ansoff) hasta quienes apuntan más a la espontaneidad y la emergencia desde la
base de la organización (Mintzberg) y clásicos como Drucker, Porter y otros
–básicamente encuadrados en la escuela anglosajona-, nos han ofrecido una
visión de esta área de estudios de la gestión alineada con una mentalidad que
abreva en la cultura que vulgarmente se denomina “occidental y cristiana”, con
todas las limitaciones e incoherencias que tiene este término; que por
objetivos no podemos tratar y dilucidar en este espacio. Aunque no obstante
podemos señalar que se trata de una mentalidad que apunta permanentemente al
pensamiento único.
Entonces
vemos como siempre el concepto inicia con una palabra de uso militar en la
Antigua Grecia y se complementa con teóricos y prácticos del campo militar,
para trasladarse a las grandes empresas y sus ejemplos de éxito, en un
procedimiento lineal y mecanicista de base positivista, aún con los esfuerzos
–aunque tibios- en los últimos treinta
años para salir de este esquema.
Dejamos
de lado aquí esas ideas más vinculadas con la autoayuda como las comparaciones
con cisnes, manadas de lobos y otras metáforas fuera de lugar que nada aportan
a la cuestión.
Cuando
se recurre a otras culturas y modos de pensamiento, como el caso del famoso
libro de Sun-Tzu sobre El Arte de la
Guerra, se lo hace más como un procedimiento de aplicar frases a
situaciones empresarias que en la teoría habrían triunfado por seguir las
conclusiones de las mismas; aunque es improbable que esos triunfadores leyeran
o siquiera conocieran el libro en cuestión.
Pero
lo que se soslaya es que la gestión o management,
por su término en inglés, sea una ciencia o una tecnología social –no vamos
tampoco a abordar ese tema aquí-, debe ser encuadrada justamente en el campo de
lo social.
Con
este marco es cuando se entiende como la cultura, en cuanto a componente
esencial del comportamiento social, es la base sobre la cual pueden analizarse
los comportamientos sociales, entre ellos los de las personas que conducen las
organizaciones empresarias y los del resto de sus miembros así como las
consecuentes operatorias de las empresas.
Lo
que nos muestra el artículo que recomendamos, es como el triunfo de una empresa
en China frente a un competidor de talla internacional como Uber, solo puede
comprenderse a partir de despegarse de ideas preconcebidas y tratar de estudiar
la cultura de cada grupo social, no solo en su presente, sino en su conformación
histórica.
No
coincido con todo lo que dice el artículo y hay temas que deberían
profundizarse, pero de lo que no cabe duda es que el autor ha “dado en la
tecla” en cuanto a la necesidad de investigar a fondo los comportamientos de
las personas en cada cultura, en cada geografía, en cada tradición. Y terminar
con esa tendencia perjudicial de englobar el pensamiento en una estructura de
absoluta validez; por lo menos en lo que hace a la conducción de una
organización lucrativa.
El
artículo se titula El tao venció a Uber
en China, fue escrito por Julián Varsavsky y su fecha de publicación fue el
13 de marzo de 2021 en el Diario Página 12 de la Ciudad de Buenos Aires.
Disponible en: https://www.pagina12.com.ar/329175-el-tao-vencio-a-uber-en-china
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