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viernes, 6 de septiembre de 2024

 

Ciencia, Epistemología y Administración

De la administrotecnia a la ciencia de la organización

 

Parte IV

 

Dr. Carlos A. J. Molinari

 

IV.- La problemática de las ciencias sociales

 

En el recorrido realizado en el capítulo III, surge como el estudio de la epistemología, ha sido realizado históricamente desde el encuadre de las que denominamos ciencias naturales, donde conceptos como objetividad, verdad, comprobación, probabilidad, juegan un rol central en el proceso de investigación.

Aún Alan Sokal, que proviene del campo de la física, acepta que hay una diferencia importante entre los dos tipos de ciencias, ya que en las sociales, el objeto de estudio son los seres humanos, lo que plantea cuestiones metodológicas específicas; pero por otra parte sostiene que la epistemología básica de la investigación habría de ser prácticamente la misma, para posteriormente plantear que ambos –científicos naturales y sociales-, deben llegar a formular juicios razonados –aunque tentativos-, basados en datos y en la lógica, la cual –esta última- no resulta sencillo de aplicar en las ciencias sociales.

Al trabajar con el universo de lo humano, de lo social, es factible encontrar siempre casos que contradigan una teoría; por eso se hace necesario, además de considerar algunas propuestas metodológicas como las expuestas, abrir nuevos caminos a una epistemología de las ciencias sociales.

El historiador Carlo Ginzburg ha desarrollado lo que denomina el paradigma indicial[1], concepto que construye a partir de pensar como determinadas ciencias son disciplinas[] eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos, situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad[]. Esto lo lleva a proponer que el conocimiento histórico, que es el que se encuentra estudiando, en tanto hechos del pasado, aunque sea muy próximo, es indicial; propuesta que puede ser extendida a otras ciencias sociales. Lo cual no debe llevar al abandono de la idea de totalidad. Se hace necesario en este proceso, como plantea Ginzburg, esta idea de totalidad, pues si bien[] la realidad es impenetrable, existen zonas privilegiadas –pruebas, indicios- que permiten descifrarla[].

Un ejemplo de esta metodología, es su obra El queso y los gusanos, El cosmos según un molinero del siglo XVI, donde a partir de indicios, representados por las actas de la inquisición y otros documentos, va reconstruyendo la cultura y la circulación de ideas entre las clases subalternas en ese período histórico, algo impensable desde otros enfoques epistemológicos.

En ciencias sociales, si tomamos como ejemplo el constructo de Ginzburg, no hay una objetividad pura, no hay leyes, sino aproximaciones; además de que este autor incluye, como Morin, el tema de la aleatoriedad.

Esto también nos conduce a la epistemología plural de Feyerabend –aun criticando su anarquismo metodológico-, pues la epistemología de la complejidad o el paradigma indicial, surgen como caminos alternativos para el estudio de una realidad que no puede traducirse en leyes.

El tema fundamental para quienes nos desempeñamos en el ámbito de las ciencias sociales, es encontrar los caminos que nos posibiliten estudiar la realidad y comprenderla, conocerla, tal cual es el objetivo de la ciencia.

En ese sentido, Ilya Prigogine, en un ensayo escrito en colaboración[2], plantea como el descubrimiento de que el mundo físico está regido por las matemáticas, produjo una separación radical entre la realidad espiritual del ser humano y la naturaleza; la descripción de la física clásica se transformó en la verdad única.

Pero el desarrollo de la física de los procesos, modificó este marco epistemológico. Entonces sostiene que abrirse al problema de los procesos, es admitir que existe una multiplicidad de puntos de vista, de lo que surge la necesidad de elegir las preguntas y seleccionar las condiciones en los límites.

Una vez que se ha elegido el punto de vista, no se trata de hacer comprensible la totalidad del mundo, “sino de establecer una relación coherente entre el problema planteado, la definición de las unidades y el método de análisis”[3].

Borrello, en la obra ya citada en este trabajo, analiza la especificidad de las ciencias sociales, aunque lo hace desde el estudio de la epistemología de la economía, pero que entendemos útil para nuestro objetivo, en la medida que esa epistemología de la economía ha tenido no poca influencia en los marcos teóricos de la administración; tema que desarrollaremos en el próximo capítulo.

Uno de los autores analizados al respecto es Carl Menger (1849-1921), quien plantea que la diferencia entre ciencias naturales y sociales, es que éstas últimas estudian a los seres humanos y sus esfuerzos, que son de naturaleza empírica. Para Menger, en toda época y lugar, los seres humanos son seres que eligen, y la sociedad es una sumatoria de las conductas individuales, adscribiendo este autor a lo que se denomina el individualismo metodológico.

Otro de los autores analizados por Borrello en este recorrido es von Mises (1881-1973), quien refiriéndose a la economía, sostiene que esta se transformó en una teoría general de la acción humana, la praxeología; y para von Mises la praxeología no es una disciplina empírica y experimental, sino que sus categorías son presupuestos apriorísticos, previos a toda idea o percepción.

Obsérvese que al igual que Menger, para von Mises toda acción humana es independiente de las condiciones históricas y sociales, lo que resultaría un sinsentido, en la medida en que los seres humanos viven en sociedad y las sociedades cambian en los distintos momentos históricos. Lo contrario sería pensar que un habitante del imperio romano, pensaba o actuaba igual que un habitante de ese mismo espacio en el medioevo, o que un azteca o un habitante de Buenos Aires en el siglo XXI; un estudio de la historia social revela la incongruencia de las aseveraciones de Menger y von Mises.

Vamos a pasar por alto en este trabajo el análisis de las posiciones relativistas –como el caso analizado por Borrello de McCloskey-, que sostienen que las disciplinas científicas son retórica; aunque hay que destacar que han tenido no poca influencia en la administración, en autores como Gareth Morgan y la utilización de metáforas.

En esta simplificación del recorrido de Borrello sobre aportes a la epistemología de las ciencias sociales, vamos a tomar las ideas desarrolladas por Roy Bhaskar y su propuesta del realismo trascendental.

Esta propuesta se basa en una crítica al empirismo, pues piensa que en el mundo tal como lo conocemos, los sistemas están abiertos, o sea que para que se produzca un evento operan muchas leyes al mismo tiempo. Lo que hacen los científicos, es cerrar ese evento en un laboratorio y ahí estudiarlo, lo que impediría que el hecho suceda tal como en la realidad.

Entonces sostiene que el que denomina realismo empírico, se basa en una falacia epistemológica, que confunde lo ontológico, lo que existe, con lo epistemológico, lo que podemos conocer. A su vez, que la ciencia no es realizada por hombres que son receptores pasivos, que desconocen la dimensión social del conocimiento, sino que la conjunción de eventos es el resultado final de un trabajo de laboratorio que implica conocimientos, habilidades, equipos y entrenamientos anteriores.

A partir de esta crítica, desarrolla su idea de tres dominios diferenciados de la realidad, que son ontológicamente distintos y no están sincronizados. Esos dominios son el empírico, que son nuestras experiencias; el actual, que se refiere a los objetos que originan nuestras experiencias y el real, compuesto por mecanismos, estructuras, poderes y tendencias que subyacen a los eventos que se observan.

Ahora, como en ciencias sociales cerrar el sistema en un laboratorio se tornaría imposible, propone como solución el naturalismo crítico, desarrollando una ontología para las ciencias sociales, que posee dos características:

a)  La concepción relacional de la sociedad: Bhaskar considera que son los individuos y no los grupos la realidad social fundamental y esa realidad consiste en relaciones entre individuos –y grupos- y de las relaciones entre esas relaciones. A su vez las relaciones sociales son independientes de quienes las desempeñan y el entramado de estas relaciones constituye la estructura de esta sociedad. Las ciencias sociales estudian el sistema de posiciones sociales con prácticas, obligaciones y poderes asociados y ellas son las que originan y explican fenómenos que observamos en la esfera social.

b)  El modelo transformacional de la actividad social: sostiene que los individuos hacen a la sociedad como la sociedad hace a los individuos, pues éstos nacen en un medio social. Las acciones sociales transforman la sociedad, pero la sociedad determina que acciones son posibles y que resultará de ellas.

A su vez para el realismo crítico, los fines forman parte del debate científico, a diferencia de aquellas corrientes donde el tema de los fines queda fuera del debate.

En este sentido y, como ya hemos expuesto, las relaciones sociales constituyen la base de nuestra realidad, pues sobre ellas se fundan los actos de los individuos. Tal como señala Althusser[4], refiriéndose a los fenómenos económicos –que en definitiva son en los que nos centramos en este trabajo-, son procesos que tienen lugar bajo relaciones sociales, que son en última instancia, relaciones de lucha de clases.

Entonces, como plantea Marta Harnecker[5], toda teoría científica tiene el carácter de instrumento de conocimiento; no nos da un conocimiento de una realidad concreta, sino los medios e instrumentos de trabajo intelectual para llegar a conocerla de forma rigurosa.

Hasta aquí, hemos realizado un recorrido, en esta etapa, acerca de las particularidades de la epistemología de las ciencias sociales, lo que nos posibilitará, en el próximo capítulo, realizar un trabajo de interacción entre las distintas corrientes analizadas y el problema de la administración.

 



[1] Ginzburg Carlo. Mitos, emblemas, indicios. Morfología e Historia. Gedisa Editorial, Barcelona, 1999. pp. 138-164.

[2] Prigogine Ilya y Stengers I. Neptunianos y Vulcanianos. En: Prigogine Ilya. Tan solo una ilusión. Una exploración del caos al orden. Tusquets Editores, Barcelona, España, 1993.

[3] Prigogine I. y Stengers I. Neptunianos…ob. cit. pp. 118-119.

[4] Althusser Louis. Presentación a la sexta edición. En: Harnecker Marta. Los conceptos elementales del materialismo histórico. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 19 Edición, 1973.

[5] Harnecker Marta. Ob. cit. p. 5.

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