Ciencia, Epistemología y Administración
De la administrotecnia a la ciencia de la
organización
Parte IV
Dr. Carlos
A. J. Molinari
IV.- La problemática de las ciencias sociales
En el
recorrido realizado en el capítulo III, surge como el estudio de la epistemología,
ha sido realizado históricamente desde el encuadre de las que denominamos
ciencias naturales, donde conceptos como objetividad, verdad, comprobación,
probabilidad, juegan un rol central en el proceso de investigación.
Aún Alan
Sokal, que proviene del campo de la física, acepta que hay una diferencia
importante entre los dos tipos de ciencias, ya que en las sociales, el objeto
de estudio son los seres humanos, lo que plantea cuestiones metodológicas
específicas; pero por otra parte sostiene que la epistemología básica de la
investigación habría de ser prácticamente la misma, para posteriormente
plantear que ambos –científicos naturales y sociales-, deben llegar a formular
juicios razonados –aunque tentativos-, basados en datos y en la lógica, la cual
–esta última- no resulta sencillo de aplicar en las ciencias sociales.
Al trabajar con el universo de lo humano, de lo social,
es factible encontrar siempre casos que contradigan una teoría; por eso se hace
necesario, además de considerar algunas propuestas metodológicas como las
expuestas, abrir nuevos caminos a una epistemología de las ciencias sociales.
El historiador Carlo Ginzburg ha desarrollado lo que denomina el paradigma
indicial[1],
concepto que construye a partir de pensar como determinadas ciencias son
disciplinas[…] eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos,
situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente
por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad[…].
Esto lo lleva a proponer que el conocimiento histórico, que es el que se
encuentra estudiando, en tanto hechos del pasado, aunque sea muy próximo, es
indicial; propuesta que puede ser extendida a otras ciencias sociales. Lo cual
no debe llevar al abandono de la idea de totalidad. Se hace necesario en este
proceso, como plantea Ginzburg, esta idea de totalidad, pues si bien[…] la realidad es impenetrable, existen zonas privilegiadas
–pruebas, indicios- que permiten descifrarla[…].
Un ejemplo de esta
metodología, es su obra El queso y los
gusanos, El cosmos según un molinero
del siglo XVI, donde a partir de indicios, representados por las actas de
la inquisición y otros documentos, va reconstruyendo la cultura y la
circulación de ideas entre las clases subalternas en ese período histórico,
algo impensable desde otros enfoques epistemológicos.
En ciencias sociales, si
tomamos como ejemplo el constructo de Ginzburg, no hay una objetividad pura, no
hay leyes, sino aproximaciones; además de que este autor incluye, como Morin, el
tema de la aleatoriedad.
Esto también nos conduce a la
epistemología plural de Feyerabend –aun criticando su anarquismo metodológico-,
pues la epistemología de la complejidad o el paradigma indicial, surgen como
caminos alternativos para el estudio de una realidad que no puede traducirse en
leyes.
El tema fundamental para
quienes nos desempeñamos en el ámbito de las ciencias sociales, es encontrar
los caminos que nos posibiliten estudiar la realidad y comprenderla, conocerla,
tal cual es el objetivo de la ciencia.
En ese sentido, Ilya
Prigogine, en un ensayo escrito en colaboración[2],
plantea como el descubrimiento de que el mundo físico está regido por las
matemáticas, produjo una separación radical entre la realidad espiritual del
ser humano y la naturaleza; la descripción de la física clásica se transformó
en la verdad única.
Pero el desarrollo de la
física de los procesos, modificó este marco epistemológico. Entonces sostiene
que abrirse al problema de los procesos, es admitir que existe una multiplicidad
de puntos de vista, de lo que surge la necesidad de elegir las preguntas y
seleccionar las condiciones en los límites.
Una vez que se ha elegido el
punto de vista, no se trata de hacer comprensible la totalidad del mundo, “sino de establecer una relación coherente
entre el problema planteado, la
definición de las unidades y el método de análisis”[3].
Borrello, en la obra ya
citada en este trabajo, analiza la especificidad de las ciencias sociales,
aunque lo hace desde el estudio de la epistemología de la economía, pero que
entendemos útil para nuestro objetivo, en la medida que esa epistemología de la
economía ha tenido no poca influencia en los marcos teóricos de la
administración; tema que desarrollaremos en el próximo capítulo.
Uno de los autores analizados
al respecto es Carl Menger (1849-1921), quien plantea que la diferencia entre
ciencias naturales y sociales, es que éstas últimas estudian a los seres
humanos y sus esfuerzos, que son de naturaleza empírica. Para Menger, en toda
época y lugar, los seres humanos son seres que eligen, y la sociedad es una
sumatoria de las conductas individuales, adscribiendo este autor a lo que se
denomina el individualismo metodológico.
Otro de los autores
analizados por Borrello en este recorrido es von Mises (1881-1973), quien
refiriéndose a la economía, sostiene que esta se transformó en una teoría
general de la acción humana, la praxeología;
y para von Mises la praxeología no es una disciplina empírica y experimental,
sino que sus categorías son presupuestos apriorísticos, previos a toda idea o
percepción.
Obsérvese que al igual que
Menger, para von Mises toda acción humana es independiente de las condiciones
históricas y sociales, lo que resultaría un sinsentido, en la medida en que los
seres humanos viven en sociedad y las sociedades cambian en los distintos
momentos históricos. Lo contrario sería pensar que un habitante del imperio
romano, pensaba o actuaba igual que un habitante de ese mismo espacio en el
medioevo, o que un azteca o un habitante de Buenos Aires en el siglo XXI; un
estudio de la historia social revela la incongruencia de las aseveraciones de
Menger y von Mises.
Vamos a pasar por alto en
este trabajo el análisis de las posiciones relativistas –como el caso analizado
por Borrello de McCloskey-, que sostienen que las disciplinas científicas son
retórica; aunque hay que destacar que han tenido no poca influencia en la
administración, en autores como Gareth Morgan y la utilización de metáforas.
En esta simplificación del
recorrido de Borrello sobre aportes a la epistemología de las ciencias
sociales, vamos a tomar las ideas desarrolladas por Roy Bhaskar y su propuesta
del realismo trascendental.
Esta propuesta se basa en una
crítica al empirismo, pues piensa que en el mundo tal como lo conocemos, los
sistemas están abiertos, o sea que para que se produzca un evento operan muchas
leyes al mismo tiempo. Lo que hacen los científicos, es cerrar ese evento en un
laboratorio y ahí estudiarlo, lo que impediría que el hecho suceda tal como en
la realidad.
Entonces sostiene que el que
denomina realismo empírico, se basa en una falacia
epistemológica, que confunde lo
ontológico, lo que existe, con lo epistemológico, lo que podemos conocer. A su
vez, que la ciencia no es realizada por hombres que son receptores pasivos, que
desconocen la dimensión social del conocimiento, sino que la conjunción de
eventos es el resultado final de un trabajo de laboratorio que implica
conocimientos, habilidades, equipos y entrenamientos anteriores.
A partir de esta crítica,
desarrolla su idea de tres dominios diferenciados de la realidad, que son
ontológicamente distintos y no están sincronizados. Esos dominios son el empírico, que son nuestras experiencias;
el actual, que se refiere a los
objetos que originan nuestras experiencias y el real, compuesto por mecanismos, estructuras, poderes y tendencias
que subyacen a los eventos que se observan.
Ahora, como en ciencias
sociales cerrar el sistema en un laboratorio se tornaría imposible, propone
como solución el naturalismo crítico,
desarrollando una ontología para las ciencias sociales, que posee dos
características:
a) La
concepción relacional de la sociedad: Bhaskar considera que son los individuos
y no los grupos la realidad social fundamental y esa realidad consiste en
relaciones entre individuos –y grupos- y de las relaciones entre esas
relaciones. A su vez las relaciones sociales son independientes de quienes las
desempeñan y el entramado de estas relaciones constituye la estructura de esta
sociedad. Las ciencias sociales estudian el sistema de posiciones sociales con
prácticas, obligaciones y poderes asociados y ellas son las que originan y
explican fenómenos que observamos en la esfera social.
b) El
modelo transformacional de la actividad social: sostiene que los individuos
hacen a la sociedad como la sociedad hace a los individuos, pues éstos nacen en
un medio social. Las acciones sociales transforman la sociedad, pero la
sociedad determina que acciones son posibles y que resultará de ellas.
A su vez para el realismo
crítico, los fines forman parte del debate científico, a diferencia de aquellas
corrientes donde el tema de los fines queda fuera del debate.
En este sentido y, como ya
hemos expuesto, las relaciones sociales constituyen la base de nuestra
realidad, pues sobre ellas se fundan los actos de los individuos. Tal como
señala Althusser[4], refiriéndose a los
fenómenos económicos –que en definitiva son en los que nos centramos en este
trabajo-, son procesos que tienen lugar bajo relaciones sociales, que son en
última instancia, relaciones de lucha de clases.
Entonces, como plantea Marta
Harnecker[5],
toda teoría científica tiene el carácter de instrumento de conocimiento; no nos
da un conocimiento de una realidad concreta, sino los medios e instrumentos de
trabajo intelectual para llegar a conocerla de forma rigurosa.
Hasta aquí, hemos realizado
un recorrido, en esta etapa, acerca de las particularidades de la epistemología
de las ciencias sociales, lo que nos posibilitará, en el próximo capítulo,
realizar un trabajo de interacción entre las distintas corrientes analizadas y
el problema de la administración.
[1] Ginzburg Carlo. Mitos, emblemas,
indicios. Morfología e Historia. Gedisa Editorial, Barcelona, 1999. pp.
138-164.
[2] Prigogine Ilya y
Stengers I. Neptunianos y Vulcanianos.
En: Prigogine Ilya. Tan solo una ilusión.
Una exploración del caos al orden. Tusquets Editores, Barcelona, España,
1993.
[3] Prigogine I. y Stengers
I. Neptunianos…ob. cit. pp. 118-119.
[4] Althusser Louis. Presentación a la sexta edición. En:
Harnecker Marta. Los conceptos
elementales del materialismo histórico. Siglo Veintiuno Editores, Buenos
Aires, 19 Edición, 1973.
[5] Harnecker Marta. Ob. cit. p.
5.
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