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martes, 9 de julio de 2024

 

Ciencia, Epistemología y Administración

De la administrotecnia a la ciencia de la organización

Parte II

 Dr. Carlos A. J. Molinari

II.- Ciencia, filosofía, epistemología y método científico.

En primera instancia, debemos explicitar que excedería a los objetivos del trabajo, un análisis pormenorizado de todas las ideas, teorías y debates que involucran a los conceptos que se expondrán. Entonces, se van a desarrollar algunas de las ideas en un recorte que, a juicio del autor, contribuyen a manifestar las principales teorías y conceptos en debate, para ser posteriormente utilizados y retomados en la exposición.

Ciencia, conocimiento, filosofía, epistemología y método

Gregorio Klimovsky, sostiene que, ciencia es “[…]un acopio de conocimiento que utilizamos para comprender el mundo y modificarlo”[1], aunque aclara que es un punto de vista estrecho, pues se deja de lado la actividad de los hombres de ciencia y los medios con que se produce el conocimiento científico, con lo cual desde el inicio de la obra analizada, estaría incorporando aspectos contextuales a la misma idea de ciencia.

Este planteo, lo conduce a preguntarse que es el conocimiento, para lo cual utiliza como punto de partida a Platón y los tres requisitos para hablar de conocimiento: creencia, verdad y prueba. Esto lo considera como un punto de partida provisional, agregando lo que según algunos epistemólogos es característico del conocimiento científico, que es el método científico.

Concluye que el método, está constituido por un conjunto de tácticas empleadas en la construcción de la ciencia, que se van modificando en la historia de la misma, alterando no solo el concepto de método, sino la misma noción de ciencia; con lo cual, también introduce la idea de la mutabilidad del mismo concepto de ciencia, relacionado con los cambios del método científico.

Pero entre tantas tácticas empleadas en el método, aparecen algunas estrategias fundamentales; utilizando como un ejemplo modelo a la física, plantea que la misma utiliza el método hipotético deductivo y la estadística como estrategias. Entonces el conocimiento, se podría caracterizar como el “[…]que se obtiene siguiendo los procedimientos que describen estas estrategias básicas”[2].

Klimovsky, desarrolla una serie de conceptos que son esenciales para el desarrollo de este trabajo. En primera instancia, pensando a la ciencia en estrecha relación con el método y los resultados que de éste se obtienen, distingue a la ciencia de la filosofía, el arte y otros campos de la cultura. En un sentido, la operación de este autor, aparece como enfocada más en las ciencias naturales que en las ciencias sociales.

Incorpora también, una unidad de análisis tradicional en la ciencia, como es la disciplina científica, que pondría el énfasis en el objeto de estudio. Pero como los objetos de estudio pueden ir cambiando, ser abandonados o readmitidos en otro momento histórico, prefiere pensar en problemas básicos, que orientan líneas de investigación más que en disciplinas, lo que lo conduce a introducir otra unidad de análisis, como es la teoría científica. Esta es conceptualizada como “[…]un conjunto de conjeturas, simples o complejas, acerca del modo en que se comporta algún sector de la realidad”[3]; por lo tanto problemas y teoría van de la mano, constituyéndose la teoría en la unidad de análisis fundamental en la ciencia.

Con respecto a la cuestión de la disciplina, Edgar Morin[4], la conceptualiza de manera que, entendemos, va un poco más allá del propio objeto de estudio, pues la piensa como una categoría organizacional dentro del conocimiento científico, que instituye la división y especialización del trabajo, responde a la diversidad de dominios de las ciencias y entre cuyas características destaca que si bien está encuadrada en un conjunto científico más vasto, tiende naturalmente a la autonomía, posee fronteras delimitadas, constituida por una lengua, técnicas que elabora o utiliza y, eventualmente, por teorías que le son propias.

Otra cuestión en donde surgirían concepciones alternativas o, por lo menos, enfoques diferenciales con otros autores, es en el planteo de Klimovsky acerca de la separación entre ciencia y filosofía.

Ernesto Giudici[5], desde una posición marxista, también define a la ciencia como conocimiento de la realidad, siendo un grado elevado de conocimiento, pues formula leyes y busca precisión e inclusive, previsión. Entonces desde esa óptica, para Giudici “[…] todo conocimiento tiende a ser elevado a la categoría de ciencia[…]”, con lo cual la filosofía y también el arte entrarían en la categoría, sin dejar de lado lo propio de éste último; pero habría unidad entre ciencia y arte, en cuanto a un saber preciso y la acción hacia un fin y en un valor, siendo esto último particularmente importante, pues va más allá de los medios.

Dice Giudici, que si seguimos las posiciones de los matemáticos, la historia social no sería una ciencia y, en este caso, se va hacia un naturalismo ignorante, pues la ciencia se basaría en lo inferior sin llegar a lo superior, que es el hombre social, desconociendo por lo tanto como el hombre conoce.

Para este autor, en el método comenzamos por la historia, la lógica y la teoría del conocimiento y no puede haber método superpuesto a la ciencia misma. El método, es unidad de la ciencia –natural y social- y la filosofía, pues sin esta última, el investigador no sabe cómo conoce, ni lo que conoce.

¿Qué es entonces metodología para este autor? Es “[…]no solo el estudio del método general y de los métodos particulares sino también su unidad en un conjunto en el cual la lógica, que es lo teóricamente básico, se completa con el proceso de conocimiento. Y es en ese conjunto lógica-proceso del conocimiento donde tienen cabida lo inductivo y lo deductivo y todas las normas y reglas del conocimiento en una dirección (en una decisión)”[6]. El conocimiento se basa en una relación histórica entre el objeto conocido y el sujeto que conoce; por lo tanto es conocimiento desde el hombre social, el hombre concreto.

Con lo cual, la ciencia es conocimiento del hombre, pues si se desconoce a la historia social como ciencia, se limita al objeto de la ciencia. Para Giudici, todo conocimiento está históricamente limitado y el proceso de conocer, es una ampliación creciente y cíclica de ese límite.

En esta línea de pensamiento, Garaudy[7], sostiene que se plantea una hipótesis, se comprueba con la práctica y esa práctica, lleva a rechazarla o reformularla. Pero aunque una hipótesis sea rechazada, conserva una verdad relativa y de la suma de las verdades relativas, en forma creciente y aproximativa, siempre aproximativa, llegamos a la verdad absoluta[8]. Para agregar que como marxistas, la verdad absoluta no está detrás de nosotros, adquirida y acabada, sino que se encuentra adelante; hay que conquistarla.

De regreso a Giudici, éste plantea –en consonancia con el autor anteriormente citado-, que el resultado de la ciencia, debe ser ubicado en la historia de la ciencia, pues son inseparables. Pero en este proceso, la historia es lo primero, pues sin ella no hay resultado.

Si cada concepción o teoría surgen históricamente, es importante no solo la sucesión cronológica –lo nuevo condicionado por lo previo-, sino también la actitud del hombre ante las cosas; y es aquí donde influye la ideología. Esto lo lleva a plantear que si el hombre de ciencia no se libera de ella, deforma y limita su conocimiento pero, “Para liberarse, necesita conocer a la ideología, es decir, saber filosofía y adoptar una actitud “política” en el conocimiento mismo”[9].

Como marxista, plantea que no hay ciencia de clase, pero si, que la ciencia se desarrolla a través de concepciones y utilización de clase.

También define el cientificismo, en el cual el científico se aísla en su dominio, sin abarcar la totalidad del saber y definir en él la parte; o sea que este separa la ciencia de la sociedad.

A diferencia de Giudici, el marxista francés Louis Althusser[10], distingue entre una ciencia y una filosofía. Esboza la existencia de dos desviaciones dentro del marxismo: la de derecha, que suprime la filosofía y solo deja la ciencia -el positivismo- y la que suprime la ciencia y deja la filosofía -subjetivismo-. Para este autor la filosofía siempre está ligada a las ciencias, pues las transformaciones en la primera son siempre un eco de los grandes descubrimientos científicos y se producen luego de ellos; en resumen, sin ciencia no habría filosofía. Pero se entiende, que hay un punto de contacto con lo expuesto por Giudici, en cuanto a que para Althusser, “Las concepciones del mundo están representadas en el terreno de la teoría (ciencias + ideologías “teóricas” de las cuales se impregnan las ciencias y los científicos) por medio de la filosofía”[11].

Para este autor, lo que en filosofía se denomina teoría del conocimiento, solo puede ser una teoría de la historia del conocimiento, de las condiciones reales en que se produce el conocimiento, tanto las materiales y sociales como las internas a la práctica científica, pues esto constituye el corazón de la filosofía marxista. Aquí surge claramente la confluencia entre lo expuesto por Giudici y por este autor.

Entonces conocer, para Althusser, es “[…] producir el concepto adecuado del objeto por la puesta en acción de medios de producción teóricos (teoría y método) aplicados a una materia prima dada”[12].

Complementando lo expuesto por Giudici y Althusser, Garaudy[13] plantea que la diferencia no está entre filosofía y ausencia de toda filosofía, sino en sostener una filosofía explícita, que aleje conscientemente los límites que se pretenden imponer a la investigación.

Marcelino Cereijido sostiene que, “[…]la filosofía es una disciplina científica porque elabora interpretaciones (idealismo, racionalismo, empirismo, etc.) y sistemas filosóficos (de Aristóteles a Kant, a Bunge) sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas ni al PdeA[14][15].  

También realiza una crítica  a la división entre ciencia básica y aplicada, pues plantea que no hay una epistemología para entender y otra para aplicar, pues cuando no se sabe, hay que recurrir a la ciencia, a la única; distinción de la cual culpa a la impertinencia administrativa, al papel de los burócratas, pues no se puede aplicar algo que no se tiene.

Para finalmente decir que, tanto al científico como a la ciencia que aplica, los produce la ciencia misma, con lo cual introduce la cuestión del receptor como tema esencial para considerar el concepto de ciencia.

Pablo Kreimer, aporta al tema del conocimiento[16] en la ciencia desde el marco de la sociología de la ciencia. Este autor, si bien no niega explícitamente en su artículo el planteo inicial de Klimovsky, en cuanto al papel del método científico en el conocimiento, hace hincapié en como el mismo es una actividad social, sustentándose en creencias como toda actividad social; si bien son creencias científicas, que no se basan en el dogma ni son inmutables.

Cuando intervenimos en el mundo a  partir del conocimiento científico, lo hacemos desde nuestras representaciones, las cuales están impregnadas de nuestra cultura, con lo que nuestro conocimiento no puede ser otra cosa que una actividad social.

Alerta sobre confundir “ciencia/conocimiento" con sus objetos de estudio, ya que el objeto tiene sentido, a partir del conjunto de representaciones del científico sobre lo que ve, con lo cual el conocimiento científico, podría ser definido como el intento de dotar de sentido al mundo; el conocimiento sería tratar de comprender los conceptos.

Al observar como las ciencias fueron cambiando en la historia, se comprende el carácter socio cultural de las mismas, oponiéndose esto a los conceptos de verdad, objetividad e independencia.

Alan Sokal, atribuye cuatro significados diferentes a la palabra ciencia[17]: una empresa intelectual orientada al entendimiento racional del mundo natural y social, con lo cual no difiere sustancialmente de lo expuesto por los otros autores mencionados, pero agrega expresamente los dos mundos en que opera; el otro significado, es el corpus de conocimiento sustantivo aceptado corrientemente; luego la comunidad científica y la estructura social y económica, con lo que amplía considerablemente el concepto de ciencia, aunque ya hemos analizado como otros autores también van incorporando esta idea; y por último incorpora la tecnociencia. Pero hace hincapié en que más allá de estos significados, la ciencia es la expresión de una visión del mundo que da primacía a la razón, la observación y una metodología para adquirir conocimiento del mundo natural y social.

Aunque sus ideas más importantes serán tratadas en el próximo capítulo, Edgar Morín[18], hace un aporte que consideramos de peso, para comprender estos primeros conceptos que venimos analizando de ciencia, conocimiento, método y teoría, que es el del lazo inseparable entre el observador y la cosa observada -ya expuesto aquí en la posición de Cereijido-, lo cual genera la imposibilidad de simplificar un concepto de ciencia.

Regresando a Klimovsky, otro de sus aportes importantes a la construcción de un concepto de ciencia y de conocimiento, es la función del lenguaje, en cuanto a que el pensamiento solo se transforma en propiedad social, como sería el caso de la ciencia, cuando es comunicado a través del lenguaje.

Hay que señalar aquí,  en relación al lenguaje, que éste es siempre histórico, si queremos vincularlo con la construcción del conocimiento científico.

Klimovsky, también plantea como de utilidad para el conocimiento científico, la acepción de la palabra verdad, para lo cual recurre a Aristóteles, quien se refiere a lo que denomina adecuación o correspondencia entre el lenguaje y la realidad, a lo que sucede en ambas dimensiones. Pero asimismo, expone un sentido de verdad en ciencias formales como la matemática, donde un enunciado es verdadero cuando es deducible a partir de ciertos enunciados de partida.

Pero este autor, centra la discusión en la ciencia entendida como conocimiento de hechos, Que el autor define como “[…] la manera en que las cosas o entidades se configuran en la realidad, en instantes o en lugares determinados o en general”[19]; entonces una afirmación que se refiere a la realidad resulta verdadera porque describe un hecho, por lo que las ciencias fácticas –biología, psicología o economía- pretenden dar cuenta de hechos que se manifiestan en un sector de la realidad, a distinción de la matemática o la lógica, que son herramientas colaterales de las ciencias fácticas. Es en este ámbito de las ciencias fácticas, donde el concepto aristotélico de verdad resulta sustancial.

De acuerdo a lo expuesto, un enunciado, producto del lenguaje, es verdadero si su descripción coincide con lo que acontece en la realidad. Pero sostiene que el concepto aristotélico no tiene relación con el conocimiento, pues una afirmación puede ser verdadera sin que lo sepamos o en el estado presente del conocimiento, no se puede establecer si es verdadera o falsa. Si la hipótesis es una conjetura, un problema de la investigación científica, es establecer la falsedad o verdad de una hipótesis.

También establece que un enunciado, cuya verdad ha sido probada está verificado, mientras que si se establece su falsedad ha sido refutado, aunque una afirmación puede ser verdadera sin estar verificada o puede ser falsa sin haber sido refutada.

Pensamos que la definición de ‘hecho’ realizada por este autor, aplicable a la biología o a la economía por igual, resulta insuficiente o, por lo menos, muy general, para el estudio de ciencias que abarcan universos tan diferenciados como el natural y el social.

En ese sentido, entendemos que resulta más operativo para nuestro trabajo, una conceptualización que distinga específicamente los hechos que se producen en cada uno de estos universos, como la realizada por Emile Durkheim[20].

Este plantea que hay fenómenos que se manifiestan en la sociedad, que se distinguen específicamente de otros que estudian las ciencias de la naturaleza. Así, hay creencias y prácticas que existían antes del individuo y, por lo tanto, existen por fuera de él, como el lenguaje, el sistema de monedas o las prácticas aceptadas en una profesión; se trata de modos de pensar o de existir que tienen la propiedad de existir por fuera de la conciencia individual. De un tipo de conducta o pensamiento exteriores al individuo “[…] que están dotados de un poder imperativo y coercitivo en virtud el cual se imponen a él, lo quiera o no”[21], con lo que se trata de hechos que no pueden confundirse con los fenómenos orgánicos, pues consisten en representaciones y acciones, ni con los psíquicos, que tienen existencia en la conciencia individual. Como constituyen una nueva clase, este autor los califica como hechos sociales, aunque aclara que, no toda coerción social excluye necesariamente a la persona individual.

El problema es que para Durkheim, los fenómenos sociales son cosas y deben ser tratados como tales y hay que considerarlos en forma independiente a los sujetos que se forman una representación de ellos, estudiándolos desde fuera. Independientemente de que lo desarrollado por Morin rebate este argumento, hay que decir que pensamos que el concepto de hecho social, resulta más operativo para la comprensión del fenómeno de la ciencia, el conocimiento y la epistemología en el marco de las ciencias sociales, que la enunciación de Klimovsky, aunque también deberemos analizar las limitaciones de este concepto y los aportes de otros autores a la comprensión del fenómeno.

Otro de los conceptos que Klimovsky se propone clarificar es el de epistemología, el cual diferencia de lo que algunos autores llaman teoría del conocimiento o gnoseología, un sector de la filosofía. Para este autor, se refiere a los problemas del conocimiento científico, como las circunstancias históricas, sociológicas o psicológicas de su obtención; o sea que trata de “[…] el estudio de las condiciones de producción y validación del conocimiento científico”[22].

Vincula a la epistemología, la filosofía de la ciencia, aunque la identifica como un término más amplio, aunque con interconexiones, pero donde la epistemología sería una disciplina, tal vez, independiente de la primera.

La filósofa Esther Díaz, introduce algunas cuestiones que entendemos amplían nuestro concepto de epistemología[23] -aunque lo entendemos como complementario del esbozado por Klimovsky-, pues sostiene que el discurso de la epistemología, se construye en la interacción con otras prácticas en un marco histórico y, por lo tanto, su saber no es independiente de las fuerzas sociales en cada época histórica.

Esta autora, desnuda la epistemología que solo se ocupa de la historia interna de la ciencia y propone, un abordaje del estudio de la ciencia, desde una visión que incluye lo ético y lo político-social. Piensa que los estudios epistemológicos deben expandirse a las relaciones de poder y de deseo, en las que se entreteje el conocimiento científico.

Entonces plantea una filosofía de la ciencia, que aspire al estudio de las teorías científicas y sus validaciones, expandida a las relaciones planteadas en el párrafo anterior, a la que denomina epistemología ampliada, para evitar ocultar que la ciencia es, además de un dispositivo de saber, uno de poder político.

Como hemos desarrollado en esta primera parte, si bien aparentemente las ideas básicas referidas a cada concepto, como ciencia, conocimiento, metodología o epistemología son compartidas por autores pertenecientes a distintos marcos de pensamiento, una profundización de las ideas conduce a diferencias, a veces profundas, sobre que implica en realidad cada concepto; lo que se traduce en una complejidad creciente cuando se trata de utilizar estos conceptos de modo operativo, como el planteado en nuestro trabajo, que intenta vincularlos con la teoría de la administración y estudiar, de esta manera, su estatus científico.

No obstante, pensamos que cada uno de los autores que se han expuesto, realizan aportes para una comprensión integral de cada concepto y, por otra parte, nos demuestra como la construcción de conocimiento no es lineal, sino que su punto de partida es la confluencia de múltiples perspectivas científicas, técnicas e ideológicas.

Podríamos entonces, a los efectos de este trabajo y en relación con lo desarrollado precedentemente, enunciar una conceptualización provisoria de la ciencia, como una construcción social para el conocimiento de la realidad –aunque siempre incompleto-, tanto la natural como la social, a partir de la aplicación de un método que denominamos científico y que, en la medida en que es social, no puede ser independiente de la ética y la política, lo que es decir de la ideología, o sea de la filosofía. Así como que siempre, el conocimiento científico, está inscripto en una historia social, que le da sentido.

 



[1] Klimovsky Gregorio. Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción a la epistemología. A-Z Editora, Buenos Aires, 1999. p. 21.

[2] Klimovsky Gregorio. ob. cit. p. 22

[3] Klimovsky Gregorio. ob. cit. p. 23.

[4] Morín Edgar. Sobre la interdisciplinariedad. Disponible en: http://www.pensamientocomplejo.com.ar/docs/files/morin_sobre_la_interdisciplinaridad.pdf

[5] Giudici Ernesto. Educación, Revolución Científico-Técnica y Reorganización Universitaria. La Segunda Reforma. Ediciones del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, 2010.

[6] Giudici Ernesto. ob. cit. p. 32.

[7] Garaudy Roger. Introducción a la metodología marxista. Ediciones del Siglo, Buenos Aires, 1974. p. 50.

[8] Aunque esta idea de verdad absoluta, aún en ciencias naturales, entendemos debe ser debatida, aunque no es objetivo de este trabajo.

[9] Giudici Ernesto. ob. cit. p. 35.

[10] Althusser Louis. La filosofía como arma de la revolución. Cuadernos de Pasado y Presente, Argentina, 1972.

[11] Althusser Louis. ob. cit. pp. 15-16.

[12] Althusser Louis. ob. cit. p. 37.

[13] Garaudy R. ob. cit. p. 61-62.

[14] PdeA por principio de autoridad.

[15] Cereijido Marcelino. Entre el orden de lo conocido y el caos de lo ignorado. Revista Exactamente, FCEN, UBA, Nº 47, Buenos Aires, abril 2011.

[16] Kreimer Pablo. Sobre el conocimiento, la ciencia y la sociedad. Revista Exactamente, FCEN, UBA, Nº 47, Buenos Aires, abril 2011.

[17] Sokal Alan. Qué es la ciencia y porqué debería importarnos. Revista Exactamente, FCEN, UBA, Nº 47, Buenos Aires, abril 2011.

[18] Morin Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa Editorial, Barcelona, España, 2005. p. 31.

[19] Klimovsky Gregorio. ob cit. p. 25.

[20] Durkheim Emile. Las reglas del método sociológico. Alianza, Madrid, 1988.

[21] Durkheim Emile. ob. cit. p. 57.

[22] Klimovsky Gregorio. ob. cit. p. 28.

[23] Díaz Esther. ¿Para qué epistemología en tiempos aciagos? Revista Exactamente, FCEN, UBA, Nº 47, Buenos Aires, abril 2011.

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