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jueves, 21 de marzo de 2013



Molinari Carlos A. J. La transformación de los canales de distribución. El caso de los quioscos de diarios y revistas. Publicado en: Anales de la Facultad de Ciencias Empresariales. Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Abierta Interamericana, Tomo II Nº 7, Buenos Aires, 2012. El artículo se propone explorar, a partir del análisis de un caso específico en Argentina, como se va transformando un canal de distribución, al punto de que entra en competencia con otros canales tradicionales de los mismos productos. De la misma manera, se estudia el papel de la tecnología en la posible nueva configuración del canal. Disponible en: https://docs.google.com/file/d/0B0dDeRbi_F0dRmtoTjhxeXJ1WEk/edit?usp=sharing

miércoles, 6 de marzo de 2013

Molinari Carlos A. J. El acto de consumo. Múltiples abordajes para un fenómeno complejo. Publicado en: Anales de la Facultad de Ciencias Empresariales. Universidad Abierta Interamericana. Tomo II Nº 6, Buenos Aires, 2010. pp. 49-75. El trabajo, utiliza los enfoques de distintos autores provenientes del campo de la sociología -como Durkheim, Marx, Parsons, Bourdieu y otros, para explorar los actos de los seres humanos cuando consumen productos y servicios. Disponible en: https://docs.google.com/file/d/0B0dDeRbi_F0dcVFpZDZYeEo0OVU/edit?usp=sharing

miércoles, 27 de febrero de 2013

Links Recomendados: Diccionario de Marketing, Publicidad y Social Media. Un muy completo diccionario de términos sobre los temas de referencia y, lo más importante, actualizado. Disponible en:

Artículos Recomendados: Buíl Isabel et al. La estrategia de marketing con causa: factores determinantes de su éxito. Universia Business Review, 4º Trimestre 2012. El artículo analiza las distintas situaciones y conflictos que se producen, cuando las empresas deciden aliarse a una organización no lucrativa para promover su causa, a cambio de que los consumidores adquieran sus productos o servicios. Si bien el trabajo de campo está realizado en España, con las limitaciones que ello implica al momento de sacar conclusiones para nuestro país, se entiende que su aporte teórico es sumamente valioso para el estudio de este modelo de planificar el marketing.  Disponible en:

Artículos Recomendados: García Rondón Irene. Origen y evolución del marketing como disciplina científica. Revista Contribuciones a la Economía, España, Marzo 2010. Se trata de un trabajo que analiza la evolución del concepto de marketing desde los inicios del siglo XX hasta la actualidad. Escrito en un lenguaje claro pero muy completo. Al final, se agrega un anexo con los distintos conceptos por autor. Disponible en: http://www.eumed.net/ce/2010a/igr2.htm

jueves, 21 de febrero de 2013


¿NEUROMARKETING?

Mg. Carlos A. J. Molinari

“El marketing se mete en la cabeza de los consumidores y los hinchas”, es el título de un artículo publicado el 13 de enero de 2013, en el matutino “Tiempo Argentino” de la Ciudad de Buenos Aires. La autora del mismo, analiza el papel del denominado neuromarketing en las tomas de decisiones de las empresas en lo referente a productos. Así, se incluyen las declaraciones del presidente de Neurensics Latin America, una consultora que en nuestro país se ocupa de neuromarketing, quien sostiene que entre el 95% y el 99% de las decisiones se toman en forma inconsciente –se entiende que habla de decisiones de compra de productos-, por lo que “las empresas se interesan en la investigación del cerebro de los consumidores para poder captar sus emociones positivas y hacer que opten por el producto ofrecido”.
A continuación, se describe el procedimiento utilizado por el neuromarketing, que consiste en analizar la actividad neuronal de los individuos, utilizando el procedimiento de la resonancia magnética, para observar la actividad de las áreas del cerebro frente a ciertos estímulos y su relación con emociones positivas. Uno de los subtítulos del artículo, resume la propuesta, cuando sostiene: “El botón de compra, en el cerebro”.  
En una separata del mismo artículo, Hernán Serrano, docente del curso Neuromarketing del programa Capacitarte de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, plantea también que la mayoría de nuestras decisiones son emocionales y, por otra parte, propone a esta nueva herramienta como estratégica para la elaboración de un plan de marketing.
No es objetivo de este artículo realizar un profundo análisis de esta nueva herramienta que se le presenta a nuestra disciplina, sino formular algunas preguntas que puedan contribuir a un debate necesario, no solo en este caso, sino en cada oportunidad en que surgen nuevos instrumentos de utilización en marketing.
La primera cuestión se relaciona con la propia denominación de neuromarketing. Si la aplicación de neurociencias a nuestra disciplina lleva esta denominación, también deberíamos hablar de sociomarketing, pues no es posible pensar en términos de consumidores sin los aportes de la sociología a la comprensión del contexto de compra; o demomarketing, ante la importancia de la demografía para la clasificación de los consumidores; o antropomarketing, psicomarketing, etcétera. En definitiva, el marketing se nutre de una gran cantidad de disciplinas científicas y de técnicas para construirse a sí mismo. Las neurociencias serían otro de los aportes para mejorar el estudio de los consumidores y no una disciplina independiente. En nuestra sociedad contemporánea, sería imposible encarar la relación entre la gestión de las empresas y sus clientes y/o consumidores, sin una verdadera construcción interdisciplinaria, como resultado de nuestra actuación en un entorno caracterizado por la complejidad, tal cual lo explica Edgar Morín (ver: Introducción al pensamiento complejo, Editorial Gedisa, Bacelona, 2005). No se trata de un simple planteo formal, sino de si el denominado neuromarketing es una disciplina en sí o, como se ha expresado, la aplicación de metodologías de otro campo disciplinar a los estudios de marketing.
Pero la cuestión de fondo, se vincula con los conceptos vertidos sobre la utilización de las neurociencias y sus resultados.  La primera pregunta que surge, es si no estaremos frente al planteo de Pavlov, quien proponía reacciones similares frente a estímulos similares, tal cual su famoso experimento con los perros; lo cual nos podría colocar frente a un análisis reduccionista de la actividad de los seres humanos, que son un “poco” más complejos que el famoso perro.
Martin Lindstrom, conocido por sus trabajos en neuromarketing, sostiene que “Gracias a un mayor conocimiento del cerebro y de las regiones asociadas con algunos tipos de pensamiento, detectamos emociones que la gente no puede expresar verbalmente” (Mentes que no mienten, entrevista a Martin Lindstrom por Viviana Alonso, Revista Gestión, Buenos Aires, vol. 14, noviembre-diciembre 2009), dato en el que todos los estudios publicados sobre el tema en general coinciden, pero que lo lleva a decir que “Lo concreto es que nos ayudará –refiriéndose al neuromarketing- a entender exactamente las necesidades del consumidor”.
Y es esta última frase la que preocupa, igual que lo expuesto anteriormente en este artículo, ya que como mínimo, parecería lineal y reduccionista pensar que los comportamientos del ser humano puedan predecirse con exactitud. Es como volver a la concepción mecanicista –el hombre como máquina-, que durante el siglo XIX y buena parte del XX se impuso en muchas áreas de las ciencias y, creo, tanto daño hizo cuando se trata de comprender a los seres humanos.
No se trata de negar el papel del inconsciente en los procesos de toma de decisiones de compra por parte de los consumidores, lo que de hecho ya fue planteado por Vance Packard en su famoso libro Las formas ocultas de la propaganda, a fines de la década de 1950. El problema es si es posible simplificar al punto de pensar que un ser humano actuaría de acuerdo al binomio estímulo-acción, tal cual el perro de Pavlov.
Hace ya muchos años que se conoce que el olor, por ejemplo, juega un importante papel en una decisión de compra, pero sonaría aventurado plantear que por sí solo genera la acción. Por supuesto que el olor en un punto de venta, puede incitar a compra, pero no es independiente de otras variables que interactúan, como el producto, la decoración, el precio, las experiencias previas, la cultura del individuo y otras.
El inconsciente del individuo, sigue siendo una zona bastante compleja, para pensar en estudiarla simplemente con un estímulo y una resonancia. Los aportes de Sigmund Freud a su estudio (ver: Esquema del Psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1996), sin descartar los aportes de las neurociencias –de hecho Freud era neurólogo-, nos dicen que se trata de un tema que requiere un análisis muy profundo, pues las decisiones de lo individuos aparecen como multicausales, como producto de ese inconsciente que sabemos complejo en su abordaje.
Además, que no se puede dejar de considerar que la toma de decisiones de compra es un mix de razón y emoción; pensar que el 95 o 99% de estas decisiones son inconscientes, aparece como un planteo quizás temerario, sin pruebas consistentes que lo avalen y sin especificar previamente de que producto se trata.  
Entonces, no se trata de negar los importantes aportes que las neurociencias pueden hacer al conocimiento de las actividades de los individuos –en nuestro caso del proceso de toma de decisiones de consumo-, pero estudiadas en el marco de su interacción con otras disciplinas, para que se puedan generar modelos de comprensión útiles y eficaces para el marketing.
Quizás ha llegado la hora, que desde el ámbito académico del marketing, se promueva un debate entre neurocientíficos (en Argentina el CONICET, nuestro máximo organismo científico tiene investigadores especializados en neurociencias), psicólogos, sociólogos, antropólogos, psicólogos sociales y profesionales del marketing, para clarificar el estadio en que se encuentra el estudio del cerebro humano y como repercute ello en el comportamiento del consumidor.
Evitar cualquier forma de reduccionismo, de pensamiento lineal y mecanicista, es una obligación para los profesionales de marketing, cuyo campo de estudio e investigación no son los productos sino las personas que los consumen, las cuales, por suerte, no siempre piensan lo que otros quieren que piensen, o actúan como otros quieren que actúen.

Artículos Recomendados: Jorge Forno. Los cazadores de la información perdida. Diario Página 12, Suplemento Futuro, 9 de febrero de 2013. Se trata de un artículo periodístico, sobre la denominada “minería de datos” o “datamining”, en su terminología en inglés. Sucinto, pero sumamente interesante, ya que explica los antecedentes teóricos de esta herramienta, que se remontan a tres siglos atrás, así como sus aplicaciones, entre las que se encuentra el maketing. Asimismo, plantea los dilemas éticos a su utilización. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2809-2013-02-09.html

viernes, 8 de febrero de 2013


Artículos Recomendados: ALCAIDE CASADO JUAN y AGIRRE IZASKUN. Marketing Industrial: una urgencia inaplazable. Revista MK Marketing+ventas, Nº 209, enero 2006. pp. 8-18. Los autores hacen hincapié en la necesidad de desarrollar un auténtico marketing industrial, centrando en la importancia de una mejora urgente de las relaciones con los clientes. Disponible en:

viernes, 21 de diciembre de 2012


Software: GanttProject, es un software gratuito, basado en el diagrama desarrollado por Henry Gantt, que posibilita organizar la planificación de un proyecto. Se trata de un instrumento para gestionarlo, a partir de la asignación de tiempos y recursos. Como un dato adicional, permite establecer dependencias entre las distintas tareas, con lo cual el inicio de una depende de la finalización de la anterior. En resumen, quien deba gestionar un proyecto, dispone de una herramienta para el seguimiento del mismo y la detección de sus posibles desviaciones. Sumamente útil para estructurar el plan de lanzamiento de nuevos productos, organizar campañas de promoción, implementar el plan de marketing de la empresa o cualquier proyecto comercial que implique múltiples tiempos y tareas. Se puede descargar desde http://ganttproject.softonic.com

lunes, 10 de diciembre de 2012


EL MARKETING DEL FUTURO O EL FUTURO DEL MARKETING.
De la miopía del marketing a la web 3.0

Mg. Carlos A. J. Molinari

¿Qué significa hoy el marketing como disciplina para una organización? Lo que hoy entendemos por marketing, ¿es lo mismo que pensábamos hace 30 o 40 años?¿Es lo mismo que necesitaremos como instrumento de gestión en los próximos 10 años? ¿Cuáles son los principales instrumentos que se están desarrollando y que surgen con más posibilidades de transformar las prácticas culturales y, por lo tanto, el marketing en tanto disciplina o técnica social[1]?
Estas preguntas, con las limitaciones lógicas de espacio, es a las que trataremos, quizás no de dar respuesta, pero sí de debatir en este artículo al efecto de plantear indicios que conduzcan a una profundización en su estudio.
Lo primero que se hace necesario señalar, es que entendemos aquí que la esencia del marketing no ha variado, por lo menos desde la década de 1950 hasta la fecha; sigue siendo, crear un mercado para los productos y/o servicios, actuales o potenciales, de la empresa.
Lo que ha cambiado es el contexto; o sea los consumidores, la cultura de la sociedad, las tecnologías, el conocimiento científico, los medios de comunicación, la organización socioeconómica. En consecuencia, el marketing ha debido insertarse en la nueva sociedad de manera adaptativa, sin tiempo muchas veces para que los académicos desarrollaran nuevas teorías que sostuvieran los cambios en las dimensiones descriptas. La necesidad de subsistencia de las organizaciones, las ha llevado a perfeccionar sus técnicas de marketing, por prueba y error, en tiempos cada vez más cortos.
Debido a que no hay posibilidades de analizar el presente ni tendencias hacia el futuro, sin explorar el pasado, con sus conceptos todavía vigentes y con aquellos que la propia práctica ha dejado obsoletos o, por lo menos, incompletos en su explicación de la realidad, es que marcaremos algunos hitos, que entendemos nos pueden ayudar a comprender la actualidad y el futuro del marketing.
Si bien se pueden rastrear antecedentes de nuestra disciplina en la primera mitad del siglo XX, fundamentalmente en los EE.UU., que por su peso en el desarrollo de la economía capitalista mundial, es quien lideró los estudios sobre como vincular la organización con sus clientes[2], vamos a centrarnos en los años transcurridos a partir de la finalización de la 2ª Guerra Mundial, que coinciden con una etapa de expansión económica y, por tanto, producen la necesidad de concentrarse en como ampliar los mercados de cada empresa.
Pensamos que, más allá de que la década de 1950 marca la tendencia hacia la orientación al marketing en las empresas, es la siguiente década, en la que surgen aportes que van a, si así se puede decir, constituir la base de lo que será la disciplina como hoy la entendemos.
En enero de 1960, en el Journal of Marketing, Robert Keith publica un artículo titulado “The marketing revolution”, donde sostiene que una empresa pasa por tres etapas: orientación a la producción, a las ventas y al marketing.
En el mismo año, en un artículo publicado en la Harvard Business Review de julio-agosto, de Theodore Levitt, titulado Marketing myopia, este autor plantea que esa miopía estaba representada por la falta de respuesta a los requerimientos cambiantes de los consumidores, preocupación de las empresas por los productos en lugar de preocuparse por los mercados a los que sirven, tendencias a las definiciones estrechas  de sus propósitos y las necesidades de los consumidores; además de remarcar que las actividades comerciales deben realizarse hacia atrás.
También en ese año, Jerome McCarthy, desarrolla el modelo de las 4P[3], lo que se ha conocido como el marketing mix o mezcla comercial; lo que fue evolucionando hacia lo que denominamos el modelo de las 4C y posteriormente, las 7C.
Sobre esta plataforma de ideas, se ha ido construyendo mucho del encuadre teórico de lo que hoy entendemos como marketing, con aportes de Kotler, Levy, Sachs y Benson, Baker, Foxall, Ries y Trout, por citar solo algunos.
Es en este marco -haciendo hincapié en que las características de este artículo nos obligan a realizar saltos en el tiempo, pero no conceptuales-, que nos debemos preguntar como evolucionó la práctica del marketing en las empresas.
Frente a mercados donde la demanda superaba a la oferta, como los emergentes en el período de 1945 a 1973 –fundamentalmente en los países desarrollados-, las organizaciones dieron lugar a un marketing masivo, donde la característica diferencial estaba dada por la fabricación y venta de grandes volúmenes de productos indiferenciados[4].
Posteriormente, con el fin de esta etapa de bonanza a partir de la denominada crisis del petróleo en 1973 y sus repercusiones en la economía mundial, las empresas se vieron en la necesidad de abandonar su política de grandes volúmenes de productos indiferenciados para, sin perder escala, comenzar la fabricación de productos diferenciados, para grupos de consumidores que demandaban características más específicas en los productos y servicios; se ingresó así en lo que denominamos marketing de segmento.
Esta nueva situación, condujo a las organizaciones a un nuevo campo de lucha competitiva, pues la diferenciación para cada segmento transformó a éste en campo de batalla. Es en ese momento, en que se estudia como hay consumidores que demandaban un nivel superior de especialización en los productos, alguna característica diferencial que los transformara en radicalmente distintos del dirigido al segmento, surgiendo así el marketing de nicho.
Pero el desarrollo acelerado de la tecnología informática y las comunicaciones, esencialmente a partir de la década de 1980, posibilitó la consolidación de una nueva manera de pensar el marketing, ya no dirigido a grupos anónimos, sino a cada consumidor en forma individual, dando lugar al crecimiento del que llamamos marketing directo, o marketing relacional, o marketing uno a uno, donde la base es establecer relaciones de ida y vuelta, en forma personalizada con los clientes.
Mientras sucedía este proceso que hemos descripto sucintamente,  surgían también los cuestionamientos al marketing, algunos provenientes de la propia disciplina y otros, del marco de otras ciencias sociales, como la sociología, la psicología o la economía.
Uno de ellos es que el cliente solo sabe de lo que conoce, no de las necesidades latentes. De hecho, muchos productos que hoy consideramos cotidianos en su uso, no lo serían si antes de fabricarlos se hubiera preguntado a los consumidores que necesitaban; un consumidor, por ejemplo, no puede conocer que puede hacer por él la tecnología. Pensemos que hubiera sido del walkman, si antes de fabricarlo la empresa Sony hubiera consultado a los consumidores sobre que equipo de música estaban necesitando.
Otro de los cuestionamientos tiene que ver con que satisfacer a los consumidores, puede traer consecuencias sociales, a veces inimaginables al momento de diseñar el producto; el envase puede ser una carta de presentación del producto, pero cabe preguntarse hasta cuando puede tolerar la naturaleza su propia destrucción para fabricarlos, o hasta cuanto soporta una sociedad la generación de la basura que producen.
Esto conduce a la denominada obsolescencia planificada, que ya fuera denunciada por Vance Packard, visionariamente, en la década de 1950[5], planteando como se crean ‘desechos psicológicos’, instando a los consumidores a cambiar productos que aún son útiles desde el punto de vista de su funcionalidad. Así, la lucha competitiva se traslada a dejar obsoletos los propios productos, sea por moda o por tecnología. Sabemos, que este hecho ya no coincide con un desarrollo sustentable de nuestro planeta y que es necesario buscar nuevas propuestas, para evitar que la superproducción conduzca a una catástrofe ambiental.
A esta situación la denominaremos la creación de necesidades nocivas[6], en tanto que son perjudiciales para los propios consumidores, pues el producto no es valioso por su uso, sino por una carga simbólica que termina atentando contra el propio desarrollo sustentable de la sociedad, fomentando el consumismo, que no es más que el consumo por el consumo en sí.
Las críticas expuestas, desembocan en el planteo de que el marketing debe ser encuadrado en la responsabilidad social empresaria o, en otras palabras, que no hay futuro para el marketing sino es a través de una profunda conducta ética de las empresas y sus profesionales.
Anteriormente, habíamos citado la importancia de las tecnologías vinculadas a la informática y las telecomunicaciones, en especial a partir del año 1995 en que la web comienza a ser transitada por millones de personas en el mundo y donde las empresas descubren en su lenguaje, un nuevo mundo para llegar a sus clientes actuales y potenciales. Pero el nacimiento y crecimiento de las redes sociales, además del aumento de los dispositivos móviles y sus aplicaciones, han terminado de configurar una verdadera revolución comunicacional en el marketing.
En un estudio mundial realizado por la empresa IBM, reproducido por los medios en septiembre de 2012, donde se entrevistaron a más de 1700 directores de marketing de 64 países, éstos mencionan cuatro factores que afectarán sus negocios en los próximos cuatro años: la explosión de datos, las redes sociales, la proliferación de canales y dispositivos y los cambios demográficos de los consumidores. Se puede observar, como los tres primeros factores, corresponden a cambios generados o, como derivados de la tecnología, que han conformado las redes digitales sobre las que hoy trabajamos y nos comunicamos.
Evidentemente, esta súper abundancia de datos y canales, que también se relacionan con los cambios demográficos, demandarán por parte de los profesionales de marketing, de nuevas habilidades y capacidades para enfrentar la situación.
La web 3.0, también denominada web semántica, es posible que venga a dar respuesta a esta nueva necesidad de interpretar multitud de datos. Se trata, según Jeffrey Pollock, citado por Florencia Lafuente[7], de que las fotos, el texto y los gráficos que vemos en el navegador, no provengan de una página estática, sino de diferentes sitios de la red, combinados de manera única para nuestra necesidad. Se trata, de buscar ideas o conceptos, en lugar de hacer consultas por palabras clave. Más allá de que se trata de una herramienta en desarrollo, podemos imaginar la transformación que producirá en los consumidores y la sociedad en general y, como consecuencia, el impacto que tendrá sobre la disciplina del marketing.
En este contexto, con los avances tecnológicos interactuando con múltiples variables sociales –como la economía, la política, las leyes, la demografía, la cultura-, se va configurando un proceso donde el acto de consumir, va sufriendo transformaciones radicales. Son estas transformaciones, las que obligan a pensar si el marketing tal cual lo conocemos, puede afrontar el desafío de interpretar a las personas y sus necesidades para dotar a las empresas de herramientas de análisis que les posibiliten transformar sus relaciones con los clientes y con la sociedad en su conjunto.
El entorno que estamos describiendo para el marketing, se caracteriza cada vez más por la movilidad de los dispositivos con los cuales los consumidores interactúan entre ellos y con las empresas; por una interacción creciente entre los comercios físicos y las redes virtuales; y por un consumidor que ya no puede ser visto como algo externo a la empresa, ya que ésta le entrega herramientas de comunicación y diseño para que ingrese en ellas y forme parte no solo de los nuevos productos, sino también del control de calidad del servicio al cliente.
¿Hacia dónde está evolucionando entonces el marketing?
Lo primero que deberíamos decir, es que se está transformando en un espacio de entrecruzamientos entre técnicas, tecnologías sociales y artefactuales, ciencias -como la psicología, la economía, la ciencia política, la sociología, la antropología-, normativas sociales y legales, la heurística, el pensamiento sistémico y el pensamiento complejo.
Asimismo, el creciente papel de la tecnología, está transformando el marketing. Y esta situación se produce por lo que planteaba Neil Postman, en Las cinco advertencias del cambio tecnológico[8],  acerca de que el cambio tecnológico no es simplemente aditivo, sino que es ecológico, pues un nuevo medio no agrega algo, sino que lo cambia todo.
También debemos decir que, por ahora, el marketing es solo una técnica y, para que se transforme en una herramienta útil de la gestión de las organizaciones, hay que considerar esta limitación y apelar a ese entrecruzamiento al que antes hacíamos mención para progresar en la construcción de modelos que nos permitan comprender la realidad en su conjunto y no solo una parte de la misma.
Finalmente, lo central para que cualquier perspectiva de desarrollo futuro tenga sentido, es que la ética deber ser el principio rector de cualquier estrategia y táctica de marketing. El respeto por lo derechos humanos, por el consumo responsable, por el medio ambiente, por la diversidad cultural, de género, religiosa y política, no pueden estar ausentes de una política que se proponga relacionar la empresa, el acto de consumo y la sociedad.



[1] No es objetivo de este trabajo analizar a cuál de estas categorías pertenece el marketing, lo que debería ser objetivo de una investigación específica.
[2] Sin que esto implique, en este artículo, abrir juicio sobre los inconvenientes que esta situación trae al desarrollo del estudio del marketing en las distintas realidades nacionales.
[3] Basado en estudios previos de Neil Borden y James Culliton.
[4] Para ampliar sobre este proceso ver: Coriat Benjamín. El taller y el robot. Ensayos sobre el fordismo y la producción en masa en la era de la electrónica. Siglo Veintiuno Editores, México, 1992.
[5] Packard Vance. Las formas ocultas de la propaganda. 18ª Edición, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
[6] Utilizando la terminología de Jorge Veraza U., que describe los valores de uso nocivos de los productos.
[7] Lafuente Florencia. La era del razonamiento artificial. Revista Gestión, Buenos Aires, Vol. 16 Nº 2, marzo abril 2011. pp. 72-77.

Links recomendados: el blog de María José López, sobre tendencias de consumo, marketing y social media. Si bien está centrado en la práctica en España y la Unión Europea, posee buenos y actualizados datos sobre la evolución de los temas que dan origen a blog. Muy interesante para visualizar tendencias. Se pueden encontrar estudios, informes, libros y manuales gratuitos, entre otros materiales. http://mjlopezz.com

martes, 20 de noviembre de 2012

Artículos Recomendados: Góngora Villabona Álvaro. La Dimensión simbólica del mundo de los productos: El mundo productual. Revista Colombiana de Marketing, Vol. 4 Nº 6, 2005. Artículo que explica el producto como un símbolo, ya que participa de la condición humana, utilizando como herramienta de análisis la semiótica simbólica. Disponible en:


jueves, 15 de noviembre de 2012


Documentales recomendados: Comprar, TIRAR, Comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada. Dirección: Cosima Dannoritzer. Origen: España.  Disponible en: http://www.teledocumentales.com/comprar-tirar-comprar-version-extendida/
Excelente documental sobre los problemas del consumismo y las prácticas de fomentarlo sin límites.  

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Bienvenido al blog de Estudios Interdisciplinarios en Administración, Cultura y Pensamiento Crítico, un espacio de investigación, debate e intercambio sobre temas de administración, con un enfoque inter, trans y metadisciplinario, que posibilite el desarrollo de un pensamiento crítico en la disciplina, a partir de su interacción con el conjunto de la ciencia, la técnica y el arte.
En él podrás encontrar artículos sobre los temas más diversos vinculados con el pensar la sociedad y, en este marco, la administración de organizaciones e instituciones; links a artículos publicados en otros medios que juzgamos de interés para nuestros lectores; comentarios de libros, así como enlaces a documentales, libros digitales, páginas web y otros sitios.
Pero no se trata simplemente de una página que reproduce lo que publican otros medios o sobre los temas en discusión en cada momento, sino que pretende ser un aporte para generar un pensamieno crítico que posibilite, repensar y reconstruir nuestra disciplina, aportando en el desarrollo de la teoría y práctica de la misma.
Es en ese sentido, que no dudamos en recurrir a los aportes de otras disciplinas, ya que en un mundo de relaciones complejas, no encontramos otro camino para el pensar que recurrir al intercambio fecundo, sea con las ciencias denominadas duras, como a las sociales, así como a la literatura y el arte.